Fue esta mujer la que reconoció que “a ella le permitían sacarse la máscara-capucha”, por lo que “podía identificar lo que había adentro del edificio”. Además, los testigos precisaron que “los hicieron entrar por un puentecito y que había un arroyo” en la zona, pero más allá de esto “no lo podíamos ubicar”.
Sin embargo, con el avance de la investigación “surgió el último lugar, que se recorrió por recorrer y nada más, que fue el Castillo Soler, una casona de dos pisos ubicada camino a Pampa Soler y a unos metros antes de doblar para el lado del Autódromo”. En aquel entonces, según precisó Maschio, “habría estado más acondicionado y se habrían llevado a cabo actividades militares”.
El reconocimiento
Maschio explicó que, durante la visita de los testigos, la mujer “no tuvo dudas, enseguida reconoció” el lugar. Además, los tres coincidieron en que, “en aquellos días, llovía muchísimo, por lo que el río estaba crecido”. En base a esto, Maschio consideró que “al estar crecido, ya no se puede cruzar por el arroyo y únicamente queda el puentecito, que es más alto, por donde los hicieron bajar y pasar a pie hasta ese castillo”.No obstante, valoró que “los dos hombres no estaban seguros por la distancia, porque ellos se guiaban por el tiempo que recorrieron para llegar al lugar”. Además, ambos analizaron que “no partieron del mismo lado, se dieron muchas vueltas” y por eso “quedaron con esa duda”. Por su parte, “la señora confirmó que estuvo allá”.
El dato "abrió nuevas instancias en la investigación e, incluso, un testigo que fue secuestrado en Salto y lo pasaron para Concordia en una lancha, contó que lo tuvieron dos o tres días y, después, lo llevaron a un lugar encapuchado en el baúl de un auto, por lo que está en la misma situación y la fiscal lo va a llevar a este lugar para ver si lo identifica”, adelantó Maschio.
Según sus palabras, este lugar “no estaba incorporado como uno de los lugares habituales, porque nos basábamos más en testimonios que no daban lugar a dudas, como en el caso del regimiento, la jefatura de policías, en donde incluso algunos de los detenidos ni siquiera estaban encapuchados en esa zona”.
No obstante, de acuerdo a la palabra de la testigo “este sería uno de esos lugares”, por lo que “quedaría pendiente otro lugar” sobre el que cuentan con una referencia de que se llegaba luego de “unos 40 minutos de viaje en auto”, comentó Maschio.
De esta manera, valoró que “si la Justicia lo señala, después de 40 y tantos años, habremos descubierto un centro de detención más”, dentro de una investigación por la que “estamos descubriendo muchas cosas nuevas para mostrar un poco más que la perversidad que tuvo la dictadura militar no tuvo límites”.