La empresa rusa adjudicataria será la encargada de fabricar y mantener vagones ferroviarios, así como también de reparar las vías dañadas que reducen actualmente la circulación del servicio de carga a la mínima expresión. La intervención de las universidades aportaría autonomía frente a factores externos, en especial, si se toma en cuenta lo que ocurre con el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. El objetivo es claro: lograr una articulación empresarial-académica que permita combinar capital económico con intelectual. En la UNaM) reposa un fuerte optimismo en referencia “a una cuestión social muy sensible para toda la Mesopotamia como es el tema del tren”, tal como explicó a este suplemento el secretario de Extensión Universitaria, Hernán Cazzaniga.
Según está previsto, el grupo Ferroviario TMH Argentina podrá avanzar en la reparación de 24 locomotoras diésel y 160 vagones. Sus directivos anunciaron que también invertirán en la modernización y construcción de talleres ferroviarios de última generación para el mantenimiento y fabricación en el país de locomotoras y vagones. “El tren Urquiza, que va desde la estación Federico Lacroze, en Buenos Aires, hasta Posadas, en Misiones, recorre todo el litoral y representa una gran vía estratégica a la hora de pensar en el transporte de la producción local. Es un medio mucho más barato y económico, en términos de logística, comparado con los camiones”, señaló Cazzaniga.
En ese sentido, el secretario consideró que “el Estado no puede ser ajeno a la prestación de un servicio que permite abaratar costos y transportar volúmenes mucho mayores”.
Antropólogo de profesión, y también docente en la Facultad de Humanidades de la UNaM, Cazzinaga se refirió al largo proceso de deterioro que atraviesan las vías que conectan Buenos Aires-Misiones, y cuya fragilidad ha hecho que desde el 2011 los viajes para pasajeros estén suspendidos.
“En la Argentina se fue desalentando el transporte ferroviario desde la época de (el ex presidente Arturo) Frondizi, en la que se comenzaron a instalar las empresas fabricantes de automotores. Y el golpe de gracia se produjo en la década del 90 bajo el gobierno de (el ex presidente Carlos) Menem, sintetizado en la frase ‘ramal que para, ramal que cierra’. Fue una larga agonía en la que el deterioro de la infraestructura ha reducido la actividad a la mínima expresión”.
Aunque el transporte de carga se mantiene en forma muy intermitente, el estado de las vías y durmientes impide garantizar un tráfico fluido y a una velocidad razonable. Con mesura y a la espera del aval oficial a la intervención de las universidades en el proyecto, Cazzaniga destacó que la UNaM “posee carreras vinculadas con la informática, ingeniería eléctrica y diseño industrial que podrían aportar un perfil de profesionales muy valiosos para la actividad”.
La iniciativa contempla también la posibilidad de reestablecer el servicio entre Posadas y la ciudad paraguaya de Encarnación, vital para favorecer el flujo de mercaderías. “Esto permitiría reconstruir un vínculo histórico que tiene que ver con el transporte de cereales, madera, té y diversos productos. Hoy, al igual que sucede entre Buenos Aires-Misiones, la circulación es mínima por la falta de mantenimiento”.
Entre los próximos pasos, está prevista una reunión con gobernadores del noreste argentino y autoridades de Paraguay para poner en práctica una política común con una meta concreta: devolverle al servicio ferroviario el rol central para el que fue diseñado.