Las fotos de miembros del gobierno de la dictadura, se retiran del Museo de los Asentamientos, de la plaza de la memoria y de cualquier otro lugar municipal que los hubiera.
Sin reinas
En un mundo en el cual las mujeres empujan por igualdad de derechos y condiciones, las elecciones de reinas vienen suprimiéndose en ciudades argentinas y hoy Federación es una de ellas.La iniciativa presentada por la concejal del PJ Alejandra Di Gresia, fue respaldada por el área Municipal de la Mujer, y por la totalidad de los ediles que integran el cuerpo.
Entre los considerandos se expresa; "Que en este tipo de competencias subyacen concepciones patriarcales, capitalistas, localistas, consumistas y hedonistas, donde lo superficial y banal ocupan un lugar cada vez más significativo. Que la realización de certámenes de elección de reinas resulta ser discriminatorio, sexista y propiciador de violencia simbólica, ya que solo se mira y define a la mujer por sus medidas, atributos físicos y estereotipos de belleza.
Que la ley Nº 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, conceptualiza seis tipos y seis modalidades de violencia. Cada una de ellas afecta la vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, así como también la seguridad personal de las mujeres y por tanto es nuestra responsabilidad combatirlas. Una de las modalidades más difíciles de distinguir y percibir es la violencia simbólica entendida como la que “a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, iconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad". A diferencia de la violencia física, difícilmente discutible, la violencia simbólica no se ejerce directamente, sino que consiste en la imposición cultural de sujetos dominantes hacia sujetos dominados, mediante la naturalización del dominio y las jerarquías así como de los roles y estereotipos de género. Estos modelos sociales son eficaces no solo para los sujetos hegemónicos, sino que son reproducidos con la participación de los propios sujetos dominados. Son violencia simbólica las tradicionales elecciones de reinas y princesas, donde las mujeres son expuestas como objetos de deseo. A lo largo y lo ancho de nuestro país, hay un centenar de localidades donde año tras año se desarrollan las tradicionales elecciones de reinas y princesas en el marco de las fiestas populares. Enmarcadas como la principal atracción, las participantes, siempre mujeres adolescentes y jóvenes, desfilan varias veces con distintos tipos de indumentaria ante un jurado compuesto muchas veces por funcionarias y funcionarios locales o provinciales y por personalidades locales que eligen a la que será la representante de la fiesta. Cada concursante debe cumplir con ciertos criterios de belleza impuestos por una sociedad de tradición machista. El evento en sí consiste en ver mujeres desfilando como objetos, exhibiendo sus cuerpos como único valor a destacar y reproduciendo estereotipos de lo femenino y lo masculino que hoy son fuertemente cuestionados.
Más adelante agrega "que apeladas por esta contradicción entre un Estado que legisla contra la violencia y al mismo tiempo auspicia este tipo de eventos, asociaciones de mujeres, organizaciones de la sociedad civil y entidades públicas han comenzado a problematizar estas prácticas, contribuyendo a visibilizar su carácter violento, instalando el debate social y sirviéndose de la ley para ganar algunas batallas. El aporte más importante de la Ley Nº 26485 fue el de nombrarla y conceptualizarla. En su art. 5 establece que la “violencia simbólica es la que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmite y reproduce dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de las mujeres en la sociedad”.
Que en realidad este tipo de violencia es considerada la “madre de todas las violencias” ya que subyace en todas las demás y se encuentra tan naturalizada, que son asumidos como normales por quienes son sus víctimas. Nombrarla es ubicarla en el lugar de lo cuestionable, de lo reprochable, de lo que debe ser considerado una violación a los derechos de las mujeres"
Que los concursos de belleza destinados a adolescentes y jóvenes no hacen más que arraigar la creencia de que sus cuerpos son mercancía propensa a ser vendida, intercambiada y moldeada, según los intereses de un sistema patriarcal que continúa profundizando la desigualdad e inequidad entre los géneros, al mismo tiempo que ajusta los eventos culturales a los intereses masculinos, propio del androcentrismo que se sostiene hace décadas.
El proyecto, ahora ordenanza, establece:
Artículo1°. La Municipalidad de Federación no organizará ni propiciará de manera directa o indirecta elecciones de reinas y princesas, concursos de belleza de personas y en particular de las mujeres, cualesquiera sea su edad, en las distintas celebraciones locales o eventos públicos, instrumentando los mecanismos necesarios al efecto.