Estos test deberán ser realizados hasta 72 horas antes del ingreso a Uruguay “en un laboratorio debidamente acreditado y habilitado en el país de origen o tránsito”.
“La prosecución del viaje quedará supeditada a cualquiera de estos resultados”, dice la ordenanza firmada por el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas. En caso de permanecer más de siete días en territorio uruguayo, el viajero deberá realizarse nuevo estudio PCR el séptimo día.
La norma también establece la exigencia de una declaración jurada a los que ingresen sobre la ausencia de síntomas de coronavirus, así como sobre la ausencia de contacto con casos confirmados o sospechosos en los 14 días previos al viaje.
Todos los extranjeros deberán asimismo contar con un seguro de salud que garantice su asistencia en caso de contagio. Uruguay mantiene sus fronteras cerradas desde marzo, cuando detectó sus primeros casos de coronavirus. Si bien este mes el país retomó los vuelos comerciales con España, las autoridades recordaron que no está abierto al turismo.
Actualmente, solo pueden ingresar nacionales, extranjeros residentes o miembros de cuerpos diplomáticos, entre otras excepciones, como entradas por razones humanitarias, de reunificación familiar o por motivos laborales.
El elogiado éxito de Uruguay en el control de la epidemia de coronavirus -que cuenta hasta este lunes con apenas 73 casos activos- tiene en sus fronteras su mayor debilidad.
Los dos últimos brotes de covid-19 tuvieron lugar en Rivera y Treinta y Tres, departamentos fronterizos con Brasil, el segundo país más castigado del mundo por la pandemia después de Estados Unidos.
A esto se suma que el viernes 24 de junio dos argentinos recién llegados al país dieron positivo a covid-19, lo que obligó al gobierno a rastrear a los más de 200 pasajeros con quienes compartieron el barco para que se realizaran pruebas, y puso el foco sobre el riesgo de los ingresos desde el exterior.