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En la mañana de este miércoles, se reunió de forma virtual, el Plenario de Secretarios y Secretarias de Agmer, donde se hizo un análisis pormenorizado sobre los tiempos de pandemia y se continuó con una lista de demanda que hizo el principal gremio docente al Estado.

El comunicado al que Diario Río Uruguay tuvo acceso tras dicho encuentro gremial remarca que “estos son tiempos de agobio e incertidumbres. La pandemia acecha, pone en tensión e interpela el sentido mismo de la humanidad, llevamos más de un año y medio luchando contra un flagelo que nadie esperaba y que se presentó –disruptivamente- frente a nosotras y nosotros, nuestros hogares, nuestras familias… nuestros alumnos y alumnas, nuestros tiempos, nuestros trabajos.

El Covid 19 conmovió en forma inusitada una “normalidad” construida en siglos. Puso en profunda tensión un paradigma de “civilización y modernidad” que hoy, frente a los impactos y secuelas que en su camino va dejando se hace imperativo repensar. Porque lo que enferma, profundamente, es un sistema de producción, un modelo de organización social, cultural e ideológico que ha dañado nuestra tierra, contaminado sus ríos y sus mares, arrasado con sus bosques, condenando al hambre y a la explotación a millones de habitantes. Lo que enferma –decíamos en nuestras primeras declaraciones de coyuntura- es el capitalismo.

Una crisis en donde el avance implacable del virus puso en profunda tensión a los principales sistemas de salud en el mundo, incapaces de resolver y contener en lo principal de la urgencia, la existencia, demuestra un paradigma profundamente injusto y falaz, maniqueísta, mezquino y centralmente cruel. Es posible suponer, entonces, en una humanidad ya enferma, incluso antes del virus, frente a este escenario el Covid no hizo más que poner en superficie un modelo, una cultura tan individualista y mercantilista, que ya antes y por millones había condenado a la ausencia de la existencia.

En este contexto hay que leer el resurgimiento discursivo nacionalista y de ultra derecha, anti cuarentena, anti vacunas, que reinstalan conceptos xenófobos y negacioncitas de las dictaduras y el genocidio, de la mano dura y la fobia contra los migrantes.

Cuando comenzó la cuarentena, el año pasado, fuimos muy claros en acompañar el proceso frente a una pandemia que llegaba y una sociedad diezmada por una crisis económica signada por el mayor endeudamiento externo y saqueo de nuestra historia. En este país no había, siquiera, Ministerio de Salud. Así que aportamos nuestra estructura a disposición de los y las que debían aislarse, ayudamos en la provisión de respiradores, colaboramos con las instituciones educativas aportando para barbijos, alcohol en gel, cofias y elementos de prevención para las trabajadoras y trabajadores de salud, ayudamos en comedores y merenderos populares, poniendo movilidad para garantizar que lleguen recursos didácticos en zonas donde el Estado no podía acercarse. Y lo dijimos claramente, sin especular nada, convencidos que esta crisis constituye una oportunidad para crecer como sociedad, para transformarla en más justa, más solidaria, más equitativa, más humana.

Sin embargo en el transcurso hemos tenido que afrontar disputas, en conjunto con otras organizaciones hermanas propusimos en el 2020 el diálogo social y un programa de redistribución de la riqueza, que ponga en agenda primero a las y los trabajadores y a las y los más vulnerables.

Iniciamos este año con una agenda de demandas marcadamente inconclusa, desde lo salarial, desde las condiciones laborales y edilicias. Así –colectivamente- continuamos un plan de acción que contuvo medidas de fuerza, distintas movilizaciones y la instalación de la Carpa Blanca Docente frente a Casa de Gobierno durante 45 días, en este contexto de emergencia, demandando nuestro pliego de reivindicaciones.

A los pocos días afrontamos un debate ajeno, marcado por una agenda instalada electoralmente, alentada mediáticamente sobre la presencialidad, y además, por sectores que históricamente motorizaron el ajuste y la conculcación de derechos vía la reforma de nuestros estatutos, que bajaron los presupuestos y eliminaron programas como el “Conectar Igualdad”, que son enemigos de la Escuela Pública. Respondimos con un plan de acción que insistía –fuertemente- en la presencialidad cuidada, en la demanda por un programa real y certero de vacunación y en nuestra definición de priorizar –centralmente- la salud y la vida de las y los trabajadoras y trabajadores de la educación, de nuestros estudiantes y de nuestras familias.

Así avanzamos durante junio y julio en garantizar el proceso educativo y el trabajo docente desde la no presencialidad. Con el esfuerzo del conjunto de compañeras y compañeros y equipos directivos sosteniendo, más allá de todas las presiones, una medida votada de manera unánime por nuestro Congreso.

Ese proceso inédito en este contexto también inédito, acompañado por distintas acciones, entre ellas la recorrida por los departamentos por parte de nuestra CDC y la demanda de la reapertura de las paritarias sobre condiciones laborales es el que ha permitido forzar la reapertura de espacios de definiciones.

Reivindicamos la reapertura de la Comisión sobre Condiciones laborales como avance en este particular contexto y reivindicamos los acuerdos logrados.

Desde el gremio demandaron:

• Condiciones de Trabajo Docente en la Excepcionalidad.
• La continuidad de la discusión de la Resolución 1830/21 CGE en cuanto a Organización institucional del trabajo docente y el marco de aplicación de la bimodalidad con la presente norma.
• Plan de Vacunación: Solicitud de aplicación de la 2da Dosis de Vacunación para el sector docente. Continuidad de aplicación del Plan Nacional en la provincia.
• Transporte: que el estado intervenga para restituir las frecuencias eliminadas por empresas de transporte de media y larga distancia.
• Condiciones y tiempos de trabajo del docente bajo impedimentos de trasladarse hasta su lugar de trabajo.( punto 30 y 31 de la Resolución 2722/20 CGE.)
• Infraestructura e Higiene: Obras que garanticen y amplíen espacios áulicos con distanciamiento. Incremento de las partidas de limpieza y provisión de elementos de protección y prevención de COVID en la aplicación de los protocolos (tapabocas, elementos para el lavado de manos, alcohol en gel, lavandina, insumos de limpieza y demarcación de superficies para garantizar el distanciamiento), en vistas a la “Guía COVID 19- LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS: condiciones y recomendaciones para habitar la escuela”.
• Gestiones ante el Ministerio de Salud de la provincia para que el Ministerio de Desarrollo Social habilite los comedores escolares en las Escuelas de Jornada Completa y Escuelas Nina.

Finalmente, considerar la reapertura y continuidad de la discusión salarial ya que nuestros sueldos, en muchos casos siguen por debajo de los índices de pobreza, se han ido licuando a lo largo de los sucesivos aumentos de los insumos de primera necesidad y el costo de vida en general ha aumentado debido al proceso inflacionario que se viene dando”, concluyeron.

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