Luisa es docente jubilada y fue una de las concordienses detenidas durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional, junto a su esposo, Raúl María Caire, con quien se conoció en la escuela de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes. Raúl fue asesinado por la dictadura y el resto de su familia, incluidos sus dos hijos, pudieron salvarse gracias al involucramiento del padre Andrés Servín.
Sobre su participación en el desfile, Luisa manifestó que “nosotros siempre estamos dispuestos a seguir haciendo memoria, buscando verdad y justicia en todos los espacios donde podamos estar”.
En esta oportunidad, explicó que “la comparsa Imperio se comunicó con nosotros, comunicándonos sobre todo lo que iba a estar en el grupo de ‘las bahianas’ representando a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”.
En ese marco, ponderó “la temática que ha tomado este año la comparsa es de destacar, ya que todos los grupos van a estar representando a distintas épocas y mujeres destacadas de nuestra historia argentina”.
Para Luisa, "es valioso el considerar ir refrescando el valor de las mujeres en distintas épocas".
También remarcó que, una vez conocida la invitación, se comunicaron con Tati Almeida, de la O.N.G. Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien compartió en comunicación telefónica que las banderas de Memoria, Verdad y Justicia "estén representadas en un espacio como el corsódromo de Concordia”, valoró y comentó que “nosotros elegimos un día en el que la comparas Imperio encabezara el desfile para estar presentes”, por lo que participaron de la tercera noche del carnaval.
Según sus palabras, ver al grupo durante la velada “fue muy emocionante”, ya que “cada una de las prendas que llevan tiene un significado particular, no fue hecho al azar”. A modo de ejemplo, precisó que “la banda celeste y blanca representa a los 30.000 desaparecidos y ese es el valor que nosotros destacamos, por eso estuvimos presentes”. Consultada sobre el valor de graficar este tipo de representaciones en celebraciones como el Carnaval de Concordia, Rodríguez reconoció que “debemos insertarlas en todos los órdenes de la vida”, ya que “con eso se dice ‘siempre vivos, siempre presentes’, porque ellos no están muertos, sino que siguen viviendo en cada uno de nosotros y en cada uno de los lugares, con sus alegrías y con sus tristezas”.
Sobre el carnaval, consideró que “a veces lo entendemos como que es solo una joda, pero es una manifestación cultural muy rica", trayendo a colación que, justamente fue "una de las fiestas prohibidas durante la última dictadura militar".
De allí que "no se trata únicamente de libertinaje, es toda una expresión histórica del pueblo, de nuestros antepasados”, por lo que “tiene toda una validez de raíz propia en toda Latinoamérica”, valoró Rodríguez.
Por último, reconoció que “me fui muy emocionada, porque yo lo viví, lo sentí y lo sigo sintiendo. Las señoras que participaron en la representación, a las que conozco en algunos casos, lo han hecho con todo el sentimiento y la expresión en su corazón, en su alma. Yo las he sentido así y por supuesto que festejamos esa actitud”, concluyó.