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En diálogo con Diario Río Uruguay, el titular del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios de Concordia, Cristian Bravo, explicó que a “los incendios que están habiendo en este momento en los cuatro puntos cardinales los clasificamos en: basurales, pastizales y forestación”.

Según sus palabras, recientemente “hemos tenido salidas, entre tres y cuatro, en algunos casos con una masa vegetal quemada importante, en los que se denota claramente la quema de basuras y pastizales, a veces con fines profilácticos, pero tenemos una ley provincial que está prohibiendo las quemas”.

Además, comentó que “a esto se le suma que aquellos que realizan quemas no manejan ningún tipo de herramientas de supresión de incendios en caso de que se les vaya de la mano y es eso lo que está pasando, prenden fuego, lo descuidan, se van o no calculan la velocidad del viento y esto provoca que un fuego pequeño se descontrole muy rápidamente y vaya en diferentes direcciones”.

A modo de ejemplo, Bravo mencionó que “esto ha motivado que nosotros estemos saliendo con dos o tres dotaciones a diferentes lugares” de la ciudad, como en el caso del “puente y avenida Frondizi, a donde ya hemos ido en cuatro oportunidades, al igual que a zona de Carretera La Cruz y Defensa Sur”.

Sin ir más lejos, destacó que “la semana pasada hemos llegado a salir hasta cinco veces por incendios en pastizales y forestación”, para los que “no hay que ser ingeniero para darse cuenta de que los pastizales altos están muy secos y cualquier chispa los enciende rápidamente”.
Incendios intencionales
Consultado sobre el origen de este tipo de incendios forestales, Bravo aseguró que “hemos detectado que en algunos lugares en los que se ha terminado de trabajar, al otro día se vuelve a prender a mucha distancia de donde habíamos terminado el día anterior, entre 100 y 200 metros de la misma zona, lo que habla en las claras de que la intención es limpiar”, pero “la situación se va de las manos y recurren a llamar a bomberos para controlarla”.

Debido a esto, remarcó el pedido de “dejar de usar fuego y quemar” para limpiar este tipo de campos, dejando esta opción “como última necesidad”, dado que “hemos tenido dos o tres incendios en forma simultánea y las demoras en la atención de algunos fuegos hacen que, cuando se llega, ya está totalmente fuera de control y demanda horas y horas de trabajo”.
Presupuesto
Como consecuencia de esta situación, Bravo recordó que “nosotros vivimos de la colaboración y en cuatro días hemos eliminado el presupuesto que teníamos para 20 días en cuanto al desgaste del material y el combustible” del cuartel de Bomberos Voluntarios local.

Dicho esto, subrayó que “son recursos que no vuelven al cuartel rápidamente, porque de hecho son muy poquitos los que se acercan a aportar por trabajar en sus propiedades” tras perder el control del fuego.

En palabras de bravo, como institución “tenemos la obligación de tener un presupuesto designado de antemano y esto -los incendios descontrolados- nos desequilibra un montón, porque luego tenemos que seguir trabajando y no solamente en incendios, sino que también tenemos seguimiento de eventos deportivos, culturales y ayuda a la comunidad en todo lo que podamos dar una mano, lo que representa un consumo que está calculado y este tipo de situaciones nos destrozan”.

De esta manera, consideró que “si estas cuestiones siguen pasando, es muy probable que tengamos que ver la forma de seguir sobrellevando una atención adecuada a las emergencias”, ya que “las quemas están prohibidas y nosotros rogamos a los propietarios de los establecimientos que si van a realizar una quema, sea con los trámites correspondientes con la secretaría de Medioambiente, quienes les dan un formulario que llenar en donde dice que deben tener los elementos de supresión de incendios en caso de que ocurra”.

Asimismo, en el caso de llevar a cabo un incendio de este tipo recordó la necesidad de “avisar a bomberos, porque nos ha pasado que nos han llamado y cuando se llega al establecimiento, nos encontramos con una empresa de mantenimiento de montes realizando una quema controlada, lo que representa un riesgo para el hombre, para el peatón, para todos por desplazar una unidad tan lejos y encontrarnos con una quema no comunicada”.