A modo de repaso, Arístides comentó que “los CDI fueron pensados para un rango etario específico, pero después, por una cuestión de necesidad o demanda de la comunidad y también por un criterio que no estuvo bien definido de parte de las instituciones de su momento, se fue usando para otras edades, sobre todo para los chicos de 4 años, que por ahí no tenían un espacio definido dentro de los establecimientos educativos”.
Al respecto, destacó que “a eso lo queremos ordenar” y precisó que “a través de los relevamientos que hicimos en los barrios logramos detectar a muchísimos chicos que no tenían espacio y que no estaban asistiendo a los establecimientos”, pero remarcó que “no solamente por su edad, en el rango de 0 a 3 años, sino en familias determinadas cuya madre o padre necesitan ir a trabajar”.
Según sus palabras, para esos casos “nosotros necesitamos que el dispositivo esté a disposición, que haya más disponibilidad y reordenar lo que hay”, dado que “queremos poner el ojo en esas familias que necesitan salir a trabajar y que el municipio pueda tener un espacio para que contenga, eduque y acompañe a los chicos en diciembre, enero, febrero y marzo”, ya que “la idea es darle continuidad al servicio y no solamente movernos por el calendario escolar”.