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Como todos los años, la Asociación por la vida y la contención de víctimas en accidentes de tránsito de Concordia instaló el “Árbol de la Conciencia” en la Plaza 25 de Mayo. Sin embargo, desde la organización destacaron que, a diferencia de otros monumentos y símbolos del lugar, el árbol se encuentra “a oscuras”.

Al respecto, Elsa Sanabria explicó a Diario Río Uruguay que “nosotros nos reunimos con el director de tránsito y le contamos sobre el Árbol de la Conciencia”, sobre el que “nos dijo que se iba a encargar de hablar con Electrotécnia” para acercar una conexión eléctrica que suministre la energía necesaria para la luminaria del lugar, además de que “entregamos una nota como lo hacemos siempre y de la que tenemos el recibido, donde pedíamos que nos brindaran la luz”.

“Esperamos, llegó el fin de semana, vimos que ya no nos instalaron la luz y nos comunicamos con el director de tránsito”, quien al día siguiente “me dice que se comunicó con Villalba, de Electrotécnia, y que iban a poner la luz el día sábado o domingo”, recordó Elsa. Sin embargo, “pasó el sábado, pasó el domingo, pasó el lunes y todavía nada”, destacó.

“Nosotros estamos tratando de generar conciencia, más allá del dolor que tenemos cada una de las familias, a pesar de que no nos gusta hacer estas cosas, pintar corazones, pintar estrellas, tampoco nos gusta, pero no queremos que a otras familias les pase esto, que tengan ese dolor que nosotros vamos a llevar de por vida”, valoró Elsa y comentó que “a ese dolor tratamos de convertirlo en generar conciencia en nuestra sociedad, que cada uno haga lo que le corresponde hacer en el manejo del tránsito”.

Debido a esto, recordó que “estamos pidiendo luz, nada más, no estamos pidiendo nada raro”, pero “es como que a la gente que tiene el poder no les importa lo que hacemos”, situación que “ni siquiera nos enoja, sino que nos duele la actitud que ellos tienen con nosotros”, dado que “no es la primera vez, porque siempre tenemos los mismos problemas cuando llegamos a esta época”, puntualizó.

Elsa también recordó que “en alguna oportunidad, cuando no nos ponían la luz, nosotros rodéabamos el Árbol de velas y, de alguna manera, alumbrábamos las caras de nuestros seres queridos”, por lo que “si ellos no nos ayudan, vamos a tener que volver a recurrir a lo mismo”, determinó.