Agrandar imagen La idea es catalogar las diferentes obras y construcciones históricas del lugar.
La idea es catalogar las diferentes obras y construcciones históricas del lugar.
El trabajo está a cargo del Área Patrimonio del Grupo GIICMA, cuya responsable es la arquitecta Alejandra Bruno, junto al grupo multidisciplinario perteneciente a la UTN Concordia. En total, los autores del trabajo son Alejandra Bruno, Nicolás Leal, Rocío Olivera, Mariano Miño y José Mellone. Además, contó con la colaboración del Prof. Jorge Daniel Sota y la Prof. Vilma Rosato.

Al respecto, la arquitecta Alejandra Bruno explicó a Diario Río Uruguay que “el Cementerio Viejo es el primero que tuvo la ciudad de Concordia, ubicado en calle Humberto Primo, entre Ramirez y Sargento Cabral, ocupando una manzana". Tras el crecimiento demográfico de la ciudad, "por supuesto que quedó chico para las necesidades de Concordia, por lo que, una vez fundado el nuevo cementerio (el Nuevo), quedó en desuso”.

No obstante, comentó que “ahí estuvieron sepultados importantes personsajes de la historia, como los hijos de (José gervassio) Artigas, que luego fueron llevados a Uruguay, pero quedaron sus mausoleos”, así como también “hay muchas personas que fueron quienes pertenecieron a la fundación de la ciudad, como intendentes y familias tradicionales de la ciudad” de modo tal que, si “uno recorre el cementerio, se encuentra con apellidos muy conocidos incluso para el día de hoy”, por lo que remarca que, además de lo arquitectónico, “una importancia básicamente histórica”.

Asimismo, aseguró que “como todo cementerio, tiene muchos monumentos o mucha arquitectura importante, representativa de la época en la que se fueron haciendo”, entre las que destacó “sepulturas de familias en las que inclusive se ven lápidas escritas en inglés y u panteón muy grande de la sociedad italiana con los primeros italianos que vinieron a Concordia”.
El catálogo
Por lo pronto, la arquitecta precisó que “este catálogo no está finalizado aún”, sino que “está en proceso de finalización y estimamos que para fin de año lo vamos a tener para presentar”.

Sobre el trabajo realizado en el lugar, apuntó que “viene desde hace varios años y primero realizamos recorridos con relevamientos fotográficos, viendo la importancia y un poco el deterioro, que a medida que va pasando el tiempo va creciendo”.
Asimismo, indicó que “hace unos años atrás nos acompañó una científica de la ciudad de La Plata, con la que trabajamos todo lo que era la vegetación invasiva, que nos enseñó el tratamiento para poder sacar las plantas sin dañar lo existente”, con quien “hicimos una clasificación del tipo de plantas que están invadiendo” el lugar.

Entre otras cosas, mencionó que “la idea es hacer fichas de las sepulturas más importantes y representativas, donde vamos a incluir también su patología, cuál es su problema más grave estructuralmente”, ya que “vemos que hay casos que pueden llevar a derrumbes, hay problemas de desprendimientos de placas de mármol, de mamposterías, revoques y vegetación que invade todos los panteones”.
Inseguridad
Además, la arquitecta reconoció que “mucho se perdió por la inseguridad” en el Cementerio Viejo y ejemplificó que “los frentes de algunas sepulturas que tienen placas de mármol no tendrían por qué haberse desprendido, pero lo hicieron porque fueron forzadas al igual que las puertas de los panteones”.

Un caso particular fue el de “una estatua de una virgen de mármol de la sepultura de Juan Isthilart, que fue rescatada en el momento en el que se la estaban llevando y actualmente está en guarda en el Palacio Arruabarrena”, pero la inseguridad también afectó a “piezas más pequeñas, como cruces de hierro y muchas cosas que ni siquiera se las llevaron, que quedaron rotas y tiradas”.

Sobre este último caso, lamentó que “a veces con la buena intención de limpiar y dejar un poco más presentable el lugar, se las levanta sin tener precisión de a qué lugar pertenecen, lo que hace muy difícil poder recuperarlas y ponerlas en su lugar original”.
Presentación
Finalmente, la arquitecta comentó que “nosotros tenemos un trabajo de investigación que surge a través de la Universidad Tecnológica y lógicamente tiene plazo para la presentación formal, que es a fin de año”, por lo que la idea es “presentar la publicación final en papel y también digital para que esté disponible para quien quiera consultarlo”.

Según sus palabras, en otra oportunidad “realizamos dos catálogos para la ciudad, uno sobre obras y patrimonios de la ciudad y otro sobre obras del arquitecto Alejo Martínez”, para los que “se publicaron dos libros que lamentablemente no hemos podido hacer en gran cantidad por tema de costos, pero hay algunas publicaciones en diferentes instituciones y están disponibles en formato digital en el repositorio de la UTN”.