Al respecto, Froyd comentó que “todo esto tiene un inicio que es la venta, la cual no ha sido controlada totalmente, pero no por negligencia de las autoridades, sino que el vendedor principal de acá está parado en una clausula de la ordenanza, que espero que este año podamos lograr que desde el Concejo Deliberante se corrija y que termine de una vez por todas de ser el abastecedor de la zona”.
Sobre dicha cláusula, Froyd explicó que “en su momento, cuando se promulgó la ordenanza, los vendedores tenían un tiempo prudencial creo que de 6 meses hasta que pudieran vender totalmente el stock que tenían hasta el momento, a efectos de no causarles daños económicos por tener material comerciable que no podían usar”.
La trampa del límite de ejido
No obstante, apuntó que “cuando fue aprobada la ordenanza definitiva, esa clausula no estaba misteriosamente, es decir que no se respetó ese acuerdo de plazo prudencial para terminar con lo que se tenía en depósito”, por lo que “al no haber una restricción y poder ser distribuidor siendo depósito en la zona, puede distribuir a otros lugares, como en Colonia Roca y Colonia Ayuí, por ejemplo”.Entre otras cosas, Froyd se refirió a este “depósito de pirotecnia” local y detalló que “hay múltiples razones por las que debiera ser eliminado”, tales como “que hay una ley provincial que no permite que se venda pirotecnia en lugares donde no está un negocio habilitado”, así como también “prohíbe la venta en la vía pública o en forma ambulante, que es lo que hacen en esa zona”.
Asimismo, destacó que “para transportar este tipo de mercadería también deben tener vehículos especiales, pero tampoco lo cumplen”, por lo que consideró que las autoridades provinciales “deberían intervenir más seriamente”.