El proyecto, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, es una de las obras prioritarias para Concordia en la agenda de trabajo conjunto que llevan adelante el intendente Enrique Cresto y el gobernador Gustavo Bordet.
"Esta obra marca la transformación histórica de este basural y deja atrás una manera de tratar los residuos que no es viable en el modelo de ciudad que planificamos. Así como también marca un cambio cultural y la posibilidad de una mejor calidad de vida, de un proyecto de vida diferente, para muchas familias", definió el intendente Enrique Cresto.
"Como concordienses y desde las responsabilidades que ejercemos en el gobierno de nuestra ciudad, estamos profundamente agradecidos al ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, al gobernador Gustavo Bordet, al BID y a todas las áreas gubernamentales que en nación y provincia son parte de este proceso", destacó Cresto.
"Así como también valoramos el trabajo y esfuerzo de los equipos de gestión del municipio, de las empresas que intervinieron y, principalmente, de todos los trabajadores y trabajadoras del Abasto y sus familias", remarcó el presidente municipal.
"Entre todos consolidamos este objetivo que cambió la realidad del Abasto para siempre y es importante que valoremos la dimensión de este avance, porque estos son los logros colectivos que impactan en el futuro y determinan, en gran parte, el modelo de ciudad en el que vivirán las futuras generaciones", remarcó Cresto.
Una nueva vida
Silvia Susana Martínez es una madre de familia y vecina del barrio El Silencio. Antes formaba parte del grupo de recolectores informales que juntaban lo que podía rescatar en el basural. Ahora integra uno de los equipos de la planta de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU). Su testimonio refleja la experiencia de más de cien hombres y mujeres que dejaron en el pasado los riegos y las condiciones insalubres del cirujeo en el basural.
"Lo logramos entre todos. Estoy muy emocionada porque lo que hacemos ahora es muy distinto y podemos darle una vida diferente a nuestras familias", dijo "Ita", como le dicen sus compañeros y compañeras de trabajo.
"Recién hablábamos con los demás compañeros y muchos no podemos creer todo esto, la nueva planta, los uniformes, trabajar acá con todos los cuidados y que esto nos genere un sustento digno para nuestras familias es realmente un cambio profundo", afirmó Martínez.
Convenio con el MTE
Respecto al acuerdo entre el municipio y el MTE para la gestión de la planta, desde la organización se valoró que "este hecho histórico, conseguido con lucha y organización, permite la ampliación de derechos a compañeros y compañeras que se incorporan al trabajo en la planta luego de años de trabajar en condiciones de precariedad y abandono en el campo del abasto"."A partir de ahora pueden trabajar en condiciones más dignas con elementos de seguridad y un espacio adecuado para su labor, además de poder hacerse con el producido de la venta del material sin patrones ni intermediarios", concluyeron.