En retrospectiva, Cedrón repasó que “a fines de 2019, antes de asumir Alberto Fernández, la empresa Vicentin tomaba créditos por noviembre durante el último mes de Macri como presidente”, momento en el que “tenía más de un crédito por día del Banco Nación” y “se declaraba en estrés financiero el 5 de diciembre” del mismo año, con retiros de “más de 790 millones de dólares antes de esa fecha”.
En diciembre de 2019 “asume Alberto Fernández con temas como la soberanía alimentaria y la reforma judicial dentro de su plataforma electoral”, recordó Cedrón y consideró que fueron “dos temas muy importantes en este caso y más cuando después entra en concurso de acreedores en febrero del 2020 y, en junio, Alberto decide realizar una intervención a la empresa y presentar el proyecto de expropiación”.
Fue entonces, según sus palabras, que “decididamente entramos a realizar el documental” y, debido a esto, “un poco acompaña tanto el desarrollo del concurso de acreedores como la investigación sobre delitos financieros que realizó la empresa con complicidad del poder económico político y judicial, que deja al borde de la quiebra a una de las empresas más importantes de la Argentina”.
Sobre la empresa, Cedrón explicó que “Vicentin es uno de los 5 o 6 monstruos agroexportadores de la industria del aceite y de los granos”, además de ser “la más importante de Santa Fe”. A pesar de esto, reconoció que durante “los últimos años se había diversificado y tenía empresas, por ejemplo, en el sector alimenticio”.
Entre otras cosas, destacó que “la deuda, que asciende a más de 1.500 millones de dólares y 300 nada más al Banco Nación, era importante para entender qué pasa por el río Paraná y en el mercado de granos”, ya que “es muy opaco y no se sabe”, porque “la verdad es que la AFIP (ahora que la quieren eliminar) controla muy poco y hay un montón de mecanismos que son ideales para no pagar impuestos y no dejar parte de la riqueza que se va de nuestro país”.
“Cuellos blancos”
Sobre el concepto que titula al documental, Cedrón mencionó que “hay un término sociológico que es ‘cuellos blancos’, de un sociólogo estadounidense que, allá por el 1930, estudió cómo la sociedad no veía a aquellos empresarios y banqueros que se habían enriquecido con la crisis como delincuentes”.En este caso, comentó que “un poco retomamos ese concepto para poder explicarnos por qué parte de la sociedad salió a defender a la empresa sin tener demasiados datos y se los ve como benefactores, así como dice el presidente Milei, a los ricos, famosos y honrados”.
Asimismo, apuntó que “en el poder económico y a través de los lazos sociales, es un término que también ampliamos en el documental que nos habla de que allí, en las altas esferas, se comparten saberes de una delincuencia que no es a la que estamos acostumbrados y a las que llenan nuestras cárceles, pero son valores abultadísimos y son los que generan la terrible desigualdad que vivimos en este país”.
Entre otras cosas, también se proponen “tratar de indagar y entender a aquellas personas cuya familia trabajó en Vicentin, en aquella empresa que nació vinculada a la producción del algodón y que se fue beneficiando con tierras brindadas por el estado, sobre todo en dictadura, que perdió ese carácter de ser protagonista del sector productivo y se vinculó más a la especulación financiera”; por lo que también se tiene en cuenta a “aquellos que se identificaron en la generación de trabajo en el sector productivo, que hoy no deberían identificarse tanto con la empresa”.
El documental “Cuellos blancos” se proyectará este viernes 25 de octubre a las 20:30 en el Aula Magna de la Facultad Regional Concordia de la UTN, sobre calle Salta 277 con entrada libre y gratuita.