En una de esas tiradas hacia el río, la pequeña se asustó y comenzó a ahogarse; por lo que uno de los amigos intentó brindarle ayuda, mientras comenzaron los desesperantes pedidos de auxilio.
En ese momento, los guardavidas Dana Vera y Pablo Romano se encontraban efectuando la habitual recorrida por la playa y escucharon los “pedidos de ayuda” a los que acudieron de inmediato, logrando llegar hasta la menor, colocarla a salvo y luego transportarla entre ambos, a la orilla.
La pequeña sufrió un shock emocional, lo que requirió mayor intervención de los guardavidas para lograr sacarla y llevarla a un espacio seguro.
Finalmente, tras estabilizarse, brindó la información requerida con respecto a sus datos personales y se retiró por sus propios medios del lugar, en perfecto estado de salud.
