Y así fue que el día sábado previo al evento todo su grupo de trabajo se concentró en el predio de Puerto Luis a efectos de poder comenzar a desarmar y guardar la numerosa infraestructura que ya había sido armada a tal efecto. Debido a lo extenso del trabajo y el volumen de elementos a cargar, se decidió seguir con las tareas este pasado domingo, justamente la fecha de realización que hubiese tenido la carrera.
Al llegar por la mañana temprano al predio de Puerto Luis, el grupo de la A.C.P.C. se encontró con una gran cantidad de triatletas que se habían autoconvocado según palabras de ellos para entrenar un triatlón, la gran mayoría triatletas de otros puntos del país que sólo optaron por al menos entrenar y conocer los paisajes de nuestro lago y no volver a sus ciudades con el sabor más amargo del que ya tenían. Cada uno de ellos optó por hacer la distancia que quería y comenzar su actividad en el momento que estimaba pertinente. Entre ellos había corredores que habían viajado más de 1500 kilómetros para estar presentes en esta prueba y que como único consuelo les quedaba disfrutar de al menos un entrenamiento en el mismo sitio de carrera.
En un momento dado cuando nuestro grupo sólo se remitía a observar el panorama del movimiento de los triatletas se acerca un móvil de Prefectura de la Represa Salto Grande con tres efectivos, quienes se bajan a consultar si existía allí una competencia, a lo cual se les respondió en forma rotunda que no existía tal competencia, ya que la misma se había cancelado el día anterior. Y por otro lado se les explicó que nuestra presencia solo se remitía a terminar de levantar todo lo que quedaba de la carrera y proceder a cargar en nuestro colectivo para el posterior traslado. Se explicó que para tratarse de una competencia debían darse ciertas características como la de llevar los atletas dorsales con número, tener sistema de clasificación, manga de llegada, hidratación, banderilleros, etc., etc., cosas que lógicamente no existían.
Posterior a esto los prefectos se dirigieron a orillas del lago a observar el panorama de quienes en ese momento estaban nadando en el lugar. Y pasado cierto tiempo éstos se dirigieron directamente hacia la persona del presidente de nuestra institución Javier del Castillo para comentarles que existía una denuncia sobre su persona como instigador de la actividad que allí se estaba desarrollando y que debía concurrir al destacamento a firmar una acta relacionada con esta denuncia, cuestión a la que nuestro presidente se negó rotundamente ante la falta de veracidad de la acusación y sólo se remitía a explicar que todo surgió por la auto convocatoria de los propios triatletas y en especial del máximo ídolo de este deporte Oscar Galindez, quién en su muro había invitado a quien quería sumarse a su entrenamiento. Explicado esto, el prefecto a cargo del operativo no dejó nunca de seguir de cerca los pasos de del Castillo, quién se retiró en su vehículo del lugar y en un momento dado del trayecto fue apareado por el móvil de Prefectura y se lo hizo descender del mismo para advertirle que si no acudía a la oficina de Prefectura a firmar el acta sería llevado por la fuerza, y por otro lado otro de los prefectos se plantó delante de su vehículo para no dejarlo avanzar. La premisa del prefecto textual fue “o vas por las buenas o te llevamos a la fuerza”.
Ante esta intimidación que tuvo testigos en el lugar, del Castillo optó por acudir voluntariamente al destacamento de Prefectura y no verse obligado a pasar un momento más tenso del que ya estaba pasando. Llegado al destacamento la jefa a cargo le explicó que había un acta en su contra y pidió que aguardara en el lugar para poder ver el mismo, en todo ese tiempo de espera se encontró constantemente custodiado por un personal tal como si se tratase de una persona en custodia por haber cometido un delito. Pasado un lapso de tiempo se acercó la Jefa del destacamento y solicitó que firmara el acta, a lo cual del Castillo se negó rotundamente ya que el mismo hacía mención a cierto delito de instigación a violación del decreto vigente, cuya acusación resultaba totalmente inexacta y equivocada. Ante esta respuesta la Jefa verbalmente lo declaró en rebeldía aduciendo que tenía testigos y permitió que pudiera retirarse del lugar.
Por todo lo dicho consideramos que los hechos acontecidos resulta muy graves en cuanto a la acusación infundada sin ningún argumento válido para probar el mismo, y principalmente por vulnerar los derechos de cualquier ciudadano común con libertad de tránsito en este territorio. Todo lo escrito en el acta no era válido, ya que como se mencionó anteriormente fueron los propios triatletas que se reunieron en el predio de Puerto Luis para llevar a cabo el entrenamiento sin que absolutamente nada tenga que ver ni Javier del Castillo ni la Asociación Concordiense de Pruebas Combinadas con tal actividad. Seguramente que si los intregrantes de la A.C.P.C. acudían al lugar en otro horario para efectuar sus tareas de recolección de elementos, nada de lo narrado hubiese ocurrido, pero lamentablemente se involucró a nuestra Asociación y especialmente a su presidente, por estar justo en ese momento en el lugar, en algo totalmente ajeno a nuestra responsabilidad, sin tener ningún poder de disuadir a los corredores que ejercieron su voluntad de entrenar en una espacio público y que por otro lado al cancelarse la carrera optaron por esa modalidad en un marco que eximía totalmente de una competencia oficial.
Por todo lo expuesto repudiamos totalmente lo sucedido este domingo en el lago Salto Grande y a este mal momento le debemos sumar el que ya teníamos con una carrera cancelada por un decreto de último momento que privó a cientos de corredores de todo el país; cuya gran mayoría ya se encontraba en nuestra ciudad; de disfrutar de una prueba que era esperada con mucha ansiedad en todo el ámbito del triatlón.