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El campeonato Sudamericano de mayores iba a desarrollarse en Buenos Aires del 14 al 16 de mayo, y la delegación completa iba a estar presente. Estaban quienes irían en busca de su pasaje a Tokio y los que irían a conseguir puntos sudamericanos con miras al próximo año. Otros se proponían marcas específicas, y muchos pretendían competencia y experiencia para seguir desarrollándose. Sin embargo, por el avance de la segunda ola del virus, el Gobierno canceló la localía y tampoco autorizó otra sede en el país. Así fue como varias opciones fueron evaluadas por parte de la Confederación Sudamericana de Atletismo, hasta que finalmente se decidió que Guayaquil se convirtiera en sede los días 29, 30 y 31 de mayo.

Los integrantes de la selección no volvieron a recibir ninguna notificación y continuaron apuntando a su mejor preparación para el Sudamericano. Días más tarde la delegación sufrió algunas bajas; un hecho lógico, dado que cuando se es local los costos de competencia son más bajos, motivo por el cual los anfitriones suelen tener equipos más numeroso que los visitantes. Hasta entonces, la situación era relativamente normal. Pero este jueves todos los atletas integrantes del conjunto nacional fueron llamados a una reunión virtual (que en principio estaba pautada para el miércoles y había sido suspendida) para tratar temas del viaje.

Esa noche se dio la noticia de que viajaban 17 atletas de los 50 y dos entrenadores, teniendo en cuenta que desde el ENARD dijeron que por una cuestión de presupuesto se reducia el equipo nacional.


Luego de la noticia que los dejó insomnes, los atletas decidieron salir a expresarse, a pedir ayuda, a hacerse oír. Fueron tanto los convocados como los desplazados, que mediante las redes sociales y el contacto con la prensa alzaron su voz en busca de un cambio. Pero no fue sino hasta que Ignacio Carballo, uno de los 17 atletas seleccionados para viajar, se contactó con Santiago Maratea, el influencer, que algo cambió.

Y durante la tarde del viernes Maratea tomó la voz de mando. Comenzó a hablar de la causa y logró un cambio: por la noche había logrado bajar el costo del vuelo chárter y conseguido señar el alquiler para los 70 miembros de la delegación. Pese a los conflictos legales (y sobre quién debía firmar el contrato), el joven asumió la gestión y aseguró el avión para el viaje.
De esta manera, se piden 22 pesos por personas, para poder colaborar y ayudar a los atletas a que puedan abonar el costo del avión que fue alquilado para viajar a competir a Ecuador.

Vale recordar que en la delegación hay dos concordienses. Por un lado, Federico Bruno que desde un principio fue ratificado por la Conferación Argentina de Atletismo para ser parte de los 1500 metros llanos, mientras que el otro es Dylan Van Der Hock, quien hasta este viernes se hubiera quedado fuera y no podría estar en la línea de partida de los 3000 metros con obstáculos.