Los citricultores entrerrianos perciben actualmente por cada kilo de producción, menos que en la temporada pasada, aún pese a la inflación y el aumento de costos mediante. La singular situación - afirman - se da como consecuencia de la acumulación de distintos factores que hace tiempo distorsionan la actividad –como impuestos–, pero particularmente, a partir de un incremento de la producción en esta temporada, con una demanda tanto interna como externa que se mantiene en niveles habituales. En las plantaciones de los campos entrerrianos se observa un mayor volumen de stock, muy buena calidad, pero ese saldo adicional respecto a la temporada 2020 no tiene nuevos mercados: entonces a mayor oferta, menores precios.
Precios
“Estamos casi en la mitad de los precios que teníamos el año pasado, en que habíamos tenido una producción baja por factores climáticos. El precio del kilo de fruta, cada productor lo percibía entre 12 y 25 pesos, según sea la variedad de naranja o mandarina. Pero este año cobramos solo entre 8 o 10 pesos el kilo de la fruta”, graficó Fernando Borgo, histórico productor y dirigente de la Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier).A su criterio, lo que ocurrió es que el año pasado, estaba equilibrada la oferta y la demanda. Pero cuando la oferta supera la demanda, se refleja en los precios. “Este año, el consumidor sigue pagando lo mismo en la verdulería, pero el productor se tiene que hacer cargo de la inflación y del aumento de los costos operativos que se dieron en un año”, planteó.
En números
Según había estimado el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Concordia, el citrus entrerriano tuvo en 2020 una reducción promedio general superior al 22% respecto de la temporada 2019, un registro que no se recordaba en tiempos recientes. Fue peor en naranjas que en mandarinas: en toneladas, la cosecha de naranjas había bajado de 378.315 toneladas en 2019, a 302.652 el año pasado; en mandarinas, la caída en un año había sido de 161.629 a 113.140 toneladas En la provincia, el 65% del total producido corresponde a mandarinas, un 30% de naranjas, y un 5% o menos, limones y pomelos.En 2020 había sido un factor muy influyente, las heladas a la salida del invierno del 2019 y un verano con falta de lluvias. La actual temporada no tuvo complicaciones climáticas, y por eso se recuperó la producción. “Estamos en un nivel de normal de producción de fruta. No es sobreproducción, porque estamos en niveles similares a los años 2018 o 2019”, mencionó Borgo.
Sin embargo, si bien las estimaciones marcan una recuperación del 25% en promedio respecto de 2020, en las plantaciones de sus campos Borgo observa que “hay hasta un 40% más de frutas en las plantas” que en relación al año pasado. En ese sentido, acotó: “Hay variedades que van a quedar remanentes en las plantas, como las novas, entre otras tempranas o de media estación. Es porque la industria no las quiso más y el mercado interno tampoco las absorbe”, planteó.
Precisamente, la industria paga hoy al productor, entre 4 o 5 pesos el kilo. La cosecha del citrus se ha ido ampliando con el paso del tiempo, y se puede extender a casi un año: desde las primeras hacia fines de febrero y principios de marzo, hasta diciembre inclusive. “Como el clima ha sido benigno y no se produjeron heladas o pedradas –salvo en algún sector de Chajarí– se ha dado una fruta de muy buena calidad este año, con buena dulzura. Creemos que la demanda va a ser sostenida, y en la góndola el citrus es la fruta más barata”, planteó Borgo.
Exportable
En cuanto a los mercados de exportación, se mantienen los mismos, y el período es desde marzo hasta septiembre, por lo que ubicar un excedente de la producción por esa vía no parece ser significativa. “Se podría tratar de fortalecer las ventas a Brasil, pero es muy complejo por los parámetros de ingresos”, indicó. En cuanto a la situación que atraviesan los productores, insistió que no hay cambios estratégicos para apuntalar y mejorar el rumbo de la economía regional.“El año pasado, la mejora se dibujó por la falta de producción. Pero los problemas son los mismos porque no se ha hecho nada para modificar la estructura de los problemas: un pedido indispensable es una reforma impositiva. En cualquier cadena de valor, el 50 o 60% corresponde al fisco, sin que ello sea volcado en beneficios. En el citrus hoy trabajamos con empresas e industrias monofásicas, no hay promoción para energías renovables, los caminos no están condiciones. Es decir, no vuelven para mejorar la actividad”, finalizó el referente de la Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier).