Agrandar imagen Afirman que se trabaja “en un esquema para que el impacto no sea tan fuerte”.
Afirman que se trabaja “en un esquema para que el impacto no sea tan fuerte”.
El aumento será de $ 114,15 por litro de nafta y de $ 91,89 por litro de gasoil cuando comience el segundo semestre de 2024, excepto que el gobierno decidiera volver a diferir o partir en cuotas esa actualización, como viene haciendo desde comienzos de este año.

En ese marco, el Ministerio de Economía y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) están “trabajando” precisamente en un esquema para que el impacto no sea tan fuerte, se divida en varios meses y que no se traslade de lleno a la inflación, mientras se sostiene la recaudación fiscal.

Entre enero y mayo, la recaudación de los impuestos a los combustibles sumó $ 525.858 millones, un 192,2% más que en los primeros cinco meses del 2023. Con estos ajustes, el Gobierno busca sumar ingresos por el equivalente a unos 0,5 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) o casi 3.000 millones de dólares, el 10% del total del ajuste que persigue el presidente Javier Milei para este año, publica Clarín.

Adicionalmente a lo que será el salto en los precios de la nafta y el gasoil, las petroleras también miran sus propias cuentas y observan que hay un atraso o brecha entre los valores locales de ventas de los combustibles y la “paridad” internacional que ronda el 11% al 13%.

Esos márgenes los buscarán recomponer progresivamente hasta fin de año, a medida que desacelere la inflación y se reactive la demanda. En abril, de acuerdo a los datos de la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (CATHEDA), las ventas de combustibles en general cayeron un 8% interanual, mientras que en las estaciones de servicio se derrumbaron 13%.
Fuente: El Once