Facundo comenzó admitiendo que el nuevo espacio educativo le despertaba “una felicidad enorme, sobre todo por los años que se viene pidiendo tener una escuela propia”.
En su caso particular, Facundo precisó que actualmente cursa el sexto año, luego de haber hecho todo el ciclo, "desde primer año en esta institución”.
Como todos sus compañeros que vienen de primer año, "empezamos cuando la escuela funcionaba en la capilla (San Francisco de Asis) que cedió un espacio para la comunidad educativa". Posteriormente, "ya el año pasado, cursamos en la facultad".
Según sus palabras, en los primeros años de la formación secundaria, “el ciclo básico la pasaba muy mal”, por las limitaciones edilicias que afrontaban. Insistiendo en que por eso, “es una alegría enorme tener nuestro propio edificio”.
Facundo es uno de los tantos jóvenes de la zona oeste que aprovecharon la oferta educativa que, deliberadamente, se alejó de la zona céntrica, para ir a buscar a sus estudiantes al extremo más alejado de la capital del citrus “En mi caso soy del barrio Toyota, más conocido como Agua Patito", precisó.
El día de de la inauguración, "recorrí el edificio y las aulas con mi mamá y nos gustó mucho". Agregó que otro alumno de la escuela "es mi hermanito de 12 años", con quien también recorrió las nuevas instalaciones "y quedamos muy sorprendidos, porque es muy grande, tiene muchos espacios para recorrer y nuevas maquinarias, cosas que muy pocas veces se ve en las escuelas”, apreció Facundo.
Al respecto, valoró que “se viene luchando hace muchos años” por esto y “nunca me imaginé estar en donde estoy hoy por hoy” y agradeció "a Dios y a todos los que trabajan en la escuela, por haberlo logrado".