La competencia fue organizada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).
De acuerdo a lo que se precisó a Diario Río Uruguay, los equipos seleccionados son: “ConcorSat”, de las escuela RENACER y San Roque González de Santa Cruz, de Concordia, Entre Ríos; “Cóndor salvaje”, del Instituto Técnico de Aguilares, de Concepción, Tucumán; “HYPERION”, del Colegio León XIII de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; “Novationes”, del Colegio Nacional de Monserrat, de Córdoba capital; y “Roldán 2”, de la Escuela de Educación Técnico Profesional Nº 643 “Granaderos de San Lorenzo”, de la Localidad de Roldán, Santa Fe.
Ahora, las y los estudiantes tendrán la posibilidad de viajar a Córdoba, al Centro Espacial Teófilo Tabanera de la CONAE para lanzar sus cargas útiles. En ese marco, realizarán distintas pruebas y mediciones, acompañadas/os por profesionales de CANSAT Argentina y de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Cada uno de estos equipos probará las misiones secundarias que eligieron, entre las que se encuentran: medir los sonidos ambientales que pueden afectar la salud y el bienestar humano, así como al medioambiente; evaluar regiones incineradas de campos, que mejoren el manejo de cultivos; estimar los índices de contaminación lumínica y atmosférica producida por el tránsito vehicular; y estimar los índices de microplásticos en el aire. Todas ellas están relacionadas con las principales actividades que se llevan a cabo en sus localidades.
CANSAT convocó más de 1.400 equipos de colegios secundarios de todo el país, entre sus dos ediciones –totalizando 7.000 alumnas y alumnos– que recibieron capacitaciones por parte de especialistas, a fin de adquirir los conocimientos, las herramientas y los materiales necesarios para llevar adelante el desarrollo del proyecto.
Una de las escuelas ganadoras de Concordia
La escuela “San Roque González de Santa Cruz” es una obra de la fundación Manos Abiertas - Delegación Entre Ríos - fundada en el año 2004, que ofrece educación formal en el Nivel Inicial, Nivel Primario y Nivel Secundario. Está ubicada en el barrio Benito Legerén, uno de los más periféricos de la ciudad de Concordia, y desarrolla sus actividades con la modalidad de jornada extendida, desde las 7:45 hasta las 16:20, con una pausa entre las 12:05 y las 13:30 establecida expresamente para preservar el almuerzo familiar de los alumnos en sus hogares.Fue fundada por los padres jesuitas en estrecha colaboración con voluntarios de Manos Abiertas y familias del barrio Benito Legerén, es un componente esencial de su identidad el ser una escuela confesional que adhiere a la fe católica. Por ello busca que la propuesta pedagógica sea, al mismo tiempo, una propuesta pastoral. En ese marco, la escuela ofrece a sus alumnos de los dos últimos años del Nivel Secundario la posibilidad de integrar el Grupo Ignaciano de Animadores, cuya misión principal es organizar y llevar a la práctica las convivencias, los retiros y las pausas ignacianas de todos los cursos. El GIA constituye entonces uno de los elementos centrales de la identidad institucional.
Aunque es una escuela de gestión privada, no cobra ningún tipo de arancel a las familias pues se entiende que los alumnos y sus familias son los beneficiarios de la obra (llamados patroncitos según el lenguaje propio de Manos Abiertas) y que, por lo tanto, deben recibir este servicio de forma gratuita. No obstante, la escuela establece con las familias un compromiso de colaboración por el que estas acuerdan realizar trabajos en la Institución para su mantenimiento y desarrollo.
El Nivel Secundario de la Escuela San Roque inició sus actividades en el año 2010, siendo el título a alcanzar por sus estudiantes el de Bachiller con Orientación en Ciencias Naturales. Al igual que el Nivel Primario, cuenta con una división por año llegando a sumar una cantidad de alrededor de 130 alumnos, los cuales provienen de los barrios Benito Legerén, Villa Adela, Las Tejas y las zonas aledañas. La situación económica de las familias es diversa aunque podría decirse que, en su mayoría, se encuentran dentro de la clase media y media-baja, con algunos casos en los que las carencias alcanzan mayores niveles de estrechez. El medio de transporte de quienes residen en las zonas más alejadas es el colectivo de línea, cuyos horarios no siempre coinciden con los de las actividades escolares.