En lo que respecta a instalaciones, “contamos con alojamiento para 25 personas aproximadamente”, especificando que “tenemos habitaciones separadas, pero la dinámica diaria es un poco compartida”. Es por eso que “recibimos mucha gente que va en grupo, que no tiene problemas en compartir un living, un comedor, un vestuario, un baño". Por el momento "no tenemos un flujo de turismo diario, sino que son más los fines de semana largos”, con gente que “viene a pescar, a algún evento deportivo o musical”, ejemplificó. De allí que el desafío es apuntar a una rotatividad más continua.
Aspecto rural
Sobre una de sus principales características, Tomás explicó que “el hospedaje está ubicado en lo que fue una quinta, que aún tiene plantaciones de cítricos y, justamente, el puesto –donde se hospedan los visitantes- era un antiguo casco cosechero, al quenosotros restauramos”. Para mantener esa estética, Tomás destacó que “se mantienen los mismos cuartos y las cuchetas originales que usaban los cosecheros”, que quedaron en perfectas condiciones tras una restauración de carpinteria.Además, recordó que “el entorno, de esas cinco hectáreas, de cara al lago, nos llevó a buscar que sea lo más rural y agreste posible", pero que as su vez "tenga las comodidades principales, pero que respete esta idea de estar en contacto con la naturaleza, cuidando el medio ambiente y vinculándolo con la aventura y el deporte". Lo cual se facilita por el hecho de estar "a orillas del lago de Santo Grande, un aspecto que, por ahí, se ha descuidado un poco en los últimos años”, advirtió.