Con cada milímetro de su sistema nervioso atento a los mensajes, Calamaro encuentra en el mate definiciones profundas sobre la vida y el arte. Sobre la vida y el arte de Calamaro, obviamente.
Consultado sobre cuál es el primer registro que lo conecta con el mate, admite que creció en una familia que no era muy matera, ya que “en casa tomaba mi padre nomás”. Encontrando allí un puente con el periodista, abogado, escritor y documentador del desarrollismo argentino, llamado Eduardo Calamaro, quien, en 2016, falleció a unos longevos 98 años.
Más acá en el tiempo, “no recuerdo si empezamos a tomar en los viajes (ya de giras) por carretera, pero es posible” admite. Con el paso de los años, “de Misiones traíamos marcas que no estaban en los almacenes, luego los uruguayos nos enseñaron a cebar con Armiño y después adoptamos las ricas yerbas misioneras”, una nueva costumbre argentina que hoy enarbola casi con orgullo.
Desde el otoño de 1990, cuando funda el grupo Los Rodríguez, Andrés Calamaro tiene a España como la otra mitad de su base de operaciones y si bien, por entonces no se conseguían todas las yerbas mates que poblaban las góndolas argentinas, los tiempos ha cambiado “y ahora es posible encontrar yerba misionera”, si bien reconoce que, “preferiblemente, llevo mis yerbas preferidas”.
Ante la pregunta de si es una de su compañías al momento de buscar inspiración y componer, responde: “se entiende que si, lo mismo que para tantas otras cosas”, si bien apunta que “la inspiración es un misterio, no consta que exista realmente”.
Para Calamaro, “componer es una cuestión creativa o metódica”, reconociendo que “tampoco soy un compositor diplomado”, sino que se refleja mejor en que “la gira (tocar en vivo) es una forma de componer, resucitar canciones por lo vocal e instrumental”, algo que “tiene arte y en tiempo real”. Es por eso que cree “más en la interpretación, que en la composición o hechura de canciones, soy un músico silvestre poco dado a las partituras”.
Por último, interrogado sobre ante cual es el encanto que tiene tomar agua caliente a través de una bombilla, desnuda que, sobre todo, le gusta “compartir los mates, son más ricos. Como todo lo que se comparte” y que cuando le toca tomar el mando del termo, reconoce que no es “un cebador exquisito”, es quizás por eso “que me encanta que me preparen ricos matungos, soy un romántico”.
Concluyendo que transita un presente donde, “ahora mismo anhelo compartir mates, más que cebarme los míos propios", según admitió. Momentos de mi vida, diría Pappo”, en aquel viejo blues que lo hizo recordar. Como también a veces hacen los mates.
Con la ilusión intacta
Consultado específicamente sobre el lo que será si primer recital en Concordia y si esa especie de debut sigue generando algo de vértigo, Andres Calamaro afirma que “me genera ilusión, mucha. Llegar al rio, visitar los litorales”, ya que “algo vibra cerca del rio”.
En lo que respecta “al vértigo o expectativa, es la misma siempre: dar el mejor recital, conectar de verdad, las buenas sensaciones en el escenario, cantar bien, conectar bien con mis compañeros, que nos guste a todos”. Apuntando que “todos los recitales son importantes, pero los que quedan en esta recta final son enormes, esperados y comprometidos. Voy con ilusión intacta”, subraya.
Calamaro es, fue y será un músico que no tuvo prejuicios para transitar un sinnúmero de géneros, quizás por eso considera que se ve “reflejado” solo “en un puñado de canciones o discos, sino que somos músicos todos los días del año” y “tampoco estoy en disposición de cultivar un género exclusivo, o un ejercicio de estilo constante”, por el contrario, “me hubiera encantado escribir las grandes canciones de rock, tango o folklore, pero vamos donde la música nos lleva… Soy un músico experimental atrapado en un repertorio celebrado”.Cosas que nunca dijo
Finalmente, no podía faltar preguntarle sobre como se lleva conque, a veces, la repercusión de algunos músicos pasa más por lo que dicen, que por la obra que crean. La respuesta fue concisa: “me llevo regular, pero no termino de creerlo del todo, son cosas que ocurren en una existencia paralela”. Incluso aclara que, en su caso particular, “para colmo no digo nada, sino que me inventan todo”, porque “nunca hablé en público de este tipo de cuestiones de actualidad urgente, tampoco creo que la reflexión nacional (cultural o política) sea algo masivo ni para compartir con más personas anónimas, ni todo el tiempo”, aseveró.
“Lo cierto es que muy poca gente sabe que pienso o a quien voto, soy versátil y bastante completo con estas cuestiones. Sigo ajeno de la ideología como cuestión virtuosa o moralista, puedo hablar en serio de la realidad, pero prefiero conversaciones chicas, privadas”, agregó.
A eso, se suma que “leemos y escuchamos demasiada sanata”, por lo que “prefiero seguir con mi investigación personal y escuchar en las tertulias y las buenas conversaciones”. Considerando que “no estoy para bajar al llano de las opiniones y opiniones tienen todos, o eso creen”.
Pero a pesar de lo señalado, “usan mi nombre para cualquier cosa, me citan con frases que jamás dije en ninguna radio, ni programa ni entrevista. Creo que son formas basureras de recolectar seguidores, para cuentas sin importancia”, terminó señalando.