Las visitas al médico por dolor de oídos o problemas gastrointestinales –con vómitos y/o diarreas– liderar los rankings de atención en los consultorios privados. Entre estas patologías, una de las más comunes es la llamada “otitis de pileta”, que se da por el frecuente contacto con el agua, que disminuye las barreras protectoras del conducto auditivo y permite que los gérmenes ingresen más fácilmente en los oídos. Sucede que los chicos meten la cabeza debajo del agua y la humedad que persiste en la zona puede debilitar la protección natural del órgano externo, con la consecuente infección e inflamación.

“Si bien nosotros no tratamos las patologías propias de la estación como la gastroenteritis, la otitis o la diarrea, con el calor hemos visto con frecuencia que la gente llega descompuesta por la baja presión, la falta de hidratación o lo que se conoce como golpe de calor”, apuntó Ramón Aranda, médico de la guardia del sanatorio La Entrerriana de Paraná.

Aranda agregó que “en el verano, unas de las cuestiones más comunes es que la gente hace deportes en horarios que no son convenientes y luego llegan las descomposturas. Otras se dan los excesos en la alimentación con las bebidas. Sin bien eso sucede durante todo el año, en el verano suele acentuarse”, apuntó.

 “Con respecto a la otitis yo recomiendo algo que no sé si es lo más académico, pero resulta: vaselina liquida (en los oídos antes de ingresar a los natatorios) y el alcohol boricado para salir; para mí es mucho mejor que los famosos tapones que no solucionan nada”, señaló la pediatra Alejandra Pedrazzoli a El Diario de Paraná.

La otra enfermedad frecuente en el verano es la gastroenteritis (una inflamación del estómago y el intestino delgado) que es provocada muchas veces por la contaminación de alimentos –en su mayoría por falta de refrigeración– o agua –no potable–. La gastroenteritis puede ser provocada por bacterias o rotavirus.

“Los alimentos no pueden estar un rato, como se dice, afuera de la heladera. Las cosas que se saquen tienen que ser servidas y consumidas en el acto. La cadena de frío es fundamental”, insistió el profesional consultado. Sin embargo siguen prevaleciendo también en esta época las gastroenteritis virales (infecciones por rotavirus), que no tienen tanto que ver con los efectos del calor en los alimentos o la mala calidad medioambiental, sino que se contagia por otras vías y aparece todo el año. Pedrazzoli afirmó que “los virus circulan de acuerdo a las temperaturas”.

Golpe de calor

La más grave de las tres afecciones es el denominado golpe de calor, caracterizado por una elevada temperatura corporal (superior a los 40º centígrados), cese de la sudoración, piel caliente y seca, pulso y respiración rápidos, hipertensión arterial, confusión e inconsciencia.

Si no se lo trata en forma rápida y eficaz, puede progresar al coma y posteriormente producir la muerte. Hasta tanto se lo traslade a un centro asistencial, debe bajarse la temperatura con agua fría y envolver el cuerpo con sábanas húmedas.

Para evitar todas estas complicaciones, las recomendaciones son: no realizar actividades al aire libre cuando la temperatura y la humedad son elevadas, programar la actividad para las primeras horas de la mañana o al anochecer, hidratarse correctamente con agua cada 20 minutos y continuar hidratándose aún luego de finalizada la rutina; utilizar vestimenta que no acumule calor (evitar calzas largas, mangas largas, ropas oscuras); no enrollar plásticos alrededor del cuerpo; y realizar un control médico antes de iniciar cualquier actividad física.