Por este motivo, pusieron en marcha una auditoría interna, que evaluará receta por receta de pacientes oncológicos con la vista en establecer un protocolo interno que regule la prescripción de ese tipo de remedios.
Adrián Gómez, integrante del directorio del IOSPER en representación de los municipales, contó a El Diario que la auditoría que están llevando apunta a “controlar que las medicaciones que se están recentando a nuestros afiliados sean en función de los protocolos de tratamientos aprobados internacionalmente, y evitar que se estén prescribiendo especialidades que todavía no están aprobadas”.
Gómez advirtió que en los primeros relevamientos han descubierto que los pacientes oncológicos reciben medicación que está “en etapa experimental; e incluso se receta medicación que no debería suministrarse a los pacientes por un período largo de tiempo porque tiene contraindicaciones. También sea el hecho de que un medicamento es aconsejable para una determinada etapa de evolución de la enfermedad, pero se lo da en forma ininterrumpida. Se trata de medicamentos caros”.
El foco de la tormenta
La mirada está ya no en pacientes con tratamientos de vieja data, sino en “todos aquellos cambios de planes, con medicamentos nuevos prescriptos por oncólogos, o enfermos nuevos. Sobre eso se trabaja. Y el trabajo se lleva adelante con el objetivo de que se ajusten a protocolos. Esto apunta a un solo fin: que los tratamientos que se prescriban a los afiliados sean los correctos”, aseguró Gómez.
El asunto, en ocasiones, dicen en IOSPER, se reduce a cuestiones meramente económicas: los medicamentos para pacientes oncológicos suelen ser muy costosos. “Pero a veces, la droga cara no es la que corresponde a la patología del paciente. Incluso, algunas drogas tienen contraindicaciones, y todo eso es lo que estamos revisando en esta auditoría que empezamos desde el directorio”, aseveró.
La pretensión de las autoridades del Iosper es poner en observación todo el convenio de medicamentos firmado por la obra social con el Colegio de Farmacéuticos de Entre Ríos en 2004. Desde entonces hasta ahora, muchas especialidades han cambiado, también han variado las presentaciones y el vademecum del Iosper se desactualizó y no volvió a ponerse al día.
Gómez dice que en una evaluación primera que hicieron en Iosper se han encontrado con que un paciente había sido recetado con un medicamento cuyo costo supera los 800 mil pesos, pero que sin embargo esa especialidad “no tiene ningún estudio que convalide el tratamiento”. Enseguida, aclaró que el trabajo se “hará en conjunto con los oncólogos, con quienes ya hubo reuniones preparatorias. Este trabajo lo hacemos con una premisa, lo que deba cubrirse, se cubre. Pero queremos poner en práctica un protocolo que nos garantice que el medicamento que se paga es el que efectivamente corresponde al paciente”.
Fernando Cañete, titular del Iosper, habla de otra arista del mismo asunto: el alto costo en medicamento que tiene la obra social, que ronda entre los 25 y los 29 millones de pesos al mes. El elevado gasto produce déficit, añade.
“Por eso estamos analizando el consumo –detalla--. Y a lo que apuntamos es a protocolizar algunos medicamentos, como los oncológicos. Es decir, establecer algunos parámetros de prescripción de este tipo de medicación. Es un trabajo que recién empieza pero al que queremos darle continuidad”.
Saber qué se paga
Marcelo Pagani es uno de los siete directores que tiene el Iosper –una obra social que tiene un directorio colegiado, que representa a los distintos estamentos del Estado--; surgió del agrupamiento docente.
No bien asumió en el cargo, en julio de 2014, se propuso analizar qué pasaba con las finanzas de la obra social, y particularmente de qué modo se distribuye el gasto prestacional.
Pagani dice que la obra social debe manejarse cada mes con los recursos que ingresan a partir de los aportes personales de los empleados estatales y patronal, y que en ese estrecho margen de maniobra debe moverse. “Entendemos las pretensiones que traen a veces los prestadores, pero el Iosper tiene fondos fijos. Si no hay aumento salarial en el Estado, no hay aumento de aportes”, asegura.
Luego, abre el menú de asuntos urgentes que tiene por resolver el Iosper, y se detiene en uno, el convenio de medicamentos, por lejos el más caro. “Es el que hoy nos está llevando un poco más del 30% del presupuesto del Iosper”, aclara.
“Estamos hablando de una cifra promedio de 26 millones de pesos por mes. Si se mantiene en esos niveles, vamos a terminar 2015 con un gasto anual en medicamentos que va a estar por encima de los 300 millones”, cuenta Pagani.
La consulta es por qué crece tanto el costo en medicamentos. “Estamos tratando de averiguar las estructuras de costo, viendo qué estamos pagando. Está claro que estamos preocupados por esto. En lo personal, es el tema que más me preocupa de todos los temas del Iosper”, asegura y agrega: “siempre ha sido el mayor costo de la obra social, pero lo que nos preocupa es que en los últimos meses de 2014 esto se ha aumentado muchísimo”.