
La Cónsul recordó haber llegado a Nápoles “el día siguiente al fallecimiento de Maradona” con la idea de “reunirme con el alcalde” de la ciudad y “agradecerle por una iniciativa suya que estaba apareciendo en la prensa italiana, para cambiar el nombre del estadio San Paolo por Diego Armando Maradona”.

Asimismo, la Cónsul Argentina explicó que “en Nápoles, Maradona es incuestionable” y, a modo de anécdota, contó que al llegar a la ciudad “me tomé un taxi desde la estación del tren hasta la municipalidad y el taxista, que ni siquiera habría visto jugar a Maradona por su edad, a la primera palabra que dije sobre ser argentina” le hizo llegar “un cariño y un afecto impresionante”.
Durante el mismo recorrido, un gesto del conductor llamó la atención de la representante argentina porque “pasamos por la estatua de Garibaldi, un líder que consiguió la unificación italiana, y el taxista me dijo ‘ahí no tendría que estar Garibaldi, tendría que estar Diego… porque él hizo más por la dignidad napolitana que el propio Garibaldi’, por lo que remarcó que “el amor y la adoración por Maradona son impresionante” en esta localidad de Italia.
Por otro lado, mencionó que lo que el pueblo napolitano valora más es que su ídolo “nunca se olvidó del barrio, de Nápoles, de los padres y de la pobreza… es ese orgullo y esa dignidad que los napolitanos sienten que les dio Maradona”, que según sus palabras “es un poco lo que nos sucedió a nosotros”, concluyó.