La orquesta de música popular infantil de Concordia se formó en mayo del año 2013 y está dirigida por el músico Rubén Fracalossi, acompañado por otros cinco docentes que son reconocidos músicos de Concordia. Sus integrantes son los guitarristas Nicolás Barrios, Diana Segovia, Yasmín Ortiz, Emanuel Gómez, Nahuel Moledo, David González, Alan Videla, Milagros Escurra, Rocío Vargas y Gerónimo Gamarra; los flautistas Cristian Cabrera, Alexander Piris, Carlos Cabrera y Nicolás Rodríguez; los acordeonistas Abogail Domínguez, María Pereyra, Benjamín Barbeto y Uriel Pereyra; los percusionistas Julián Rodríguez, Luz Ott, Selena Fernández, Santiago Escurra, Tobías Escurra, Ramiro Díaz, Alexander Gómez, Agustín Cabrera y Ángela Cabrera; y los violinistas Azul Gallardo, Esperanza Rodríguez, Brisa Rodríguez, Paula Perdomo y Marisol Aguirre.
Tecno de pueblos originarios
Tras la actuación de la orquesta infantil, subió al escenario Tonolec, una de las propuestas musicales más revolucionarias de la música popular argentina.
El dúo integrado por Charo Bogarín (voz, charango e instrumentos autóctonos) y Diego Pérez (sintetizadores, guitarra, programación), contó con el excelente acompañamiento del percusionista Lucas Elguero. Juntos, los tres, liberaron cantos selváticos precolombinos y clásicos del folclore, pero con una propuesta que pretende ser contemporánea de los tiempos que corren, con sintetizadores y efectos electrónicos.
La voz embriagadora de Charo Bogarín merece una consideración especial, tanto como su manejo escénico con un danzar que remonta a una antigua hechicera aborigen. Algo que en realidad está en sus genes, ya que esta formoseña de belleza perturbadora es tataranieta del cacique guaraní Guayraré.
Tonolec abrió el show con dos covers, una versión de “¿Que he sacado con quererte?” de la chilena Violeta Parra y “Zamba para olvidar” de Daniel Toro (del disco “Los Pasos Labrados”), a los que siguieron -entre otros- “De mis orillas a vos” y el dulce “Tacuari porá” (ambos de su último disco “Cantos de la tierra sin mal”) y la celebrada versión de “Cosechero”, clásico rasguido doble de Ramón Ayala y “Hay Corazoncito” (incluidas en la placa “Plegaria del árbol negro”).
Tras casi una hora y media de actuación, se despidieron del público y cumplieron con el rito de los bises para aceptar el pedido del público e interpretar “Techo de paja” y “Duerme Negrito”, del gran Athualpa.
Satisfacción de los organizadores
El concierto fue la continuidad del ciclo cultural El Andamio, que lleva adelante desde el año pasado la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), con el apoyo del Ministerio de Cultura y Comunicación.
El ministro de Cultura y Comunicación, Pedro Báez, el rector de la Uader, Aníbal Sattler, y la coordinadora del programa de Orquestas y Coros infantiles y Juveniles, Sofía Riquelme, estuvieron presentes en la actividad.
“Poder darles a los chicos la posibilidad de actuar en un escenario importante junto a un grupo consagrado es dar un paso más hacia la inclusión de la mano del aprendizaje y la enseñanza de la música. Es la meta que nos fijó el gobernador Sergio Urribarri cuando se gestó este programa de orquestas y los objetivos se van cumpliendo”, comentó el ministro Báez.
“Podrán salir de acá grandes músicos, pero lo que más nos importa es que estamos formando buenas personas y dando a los gurises la posibilidad de sentir que pueden ser y hacer. Este programa es una de las acciones que más nos gratifican porque simboliza mejor que nada la recuperación de la dignidad, la esperanza y la alegría”, completó.