El psicólogo Mauricio Díaz, director de la Colonia Psiquiátrica de Federal, declaró en el sumario y explicó que “en relación a los hechos -se lee en el decreto N° 1.061-, manifiesta que toma conocimiento del hecho por un llamado telefónico interno, de la Jefa de División Enfermería, Sra. Silvia Teresita Soler, que había una situación sospechosa de abuso de un enfermero de la Sala C, a una paciente internada en la Sala D, ambas contiguas, sin precisar nombres, por no tenerlo en claro, a lo que él le solicitó que realizara un informe por escrito”.
Luego, realiza la denuncia ante la Fiscalía de la ciudad de Federal, y allí, luego, el Juzgado de Garantías interviniente decreta la restricción a Benavidez con respecto a la paciente.
El funcionario aclaró que “de ninguna manera el señor Benavidez en su función de enfermero puede bañar a una paciente que no se encuentre imposibilitada de realizar la higiene por sus propios medios, solo puede supervisar, habilitar y acondicionar el sector de baño y/o asistir si necesitan que le alcancen algún elemento de higiene, tampoco puede realizar el baño de una paciente ajena al sector donde él está ejerciendo sus funciones, así es el manejo general para todo el personal de enfermería, salvo excepciones dispuestas por el personal de jerarquía”.
El psiquiatra Jorge Oscar Zebruck, quien presta servicios como médico asistente en el Hospital Colonia Doctor Raúl Camino desde el año 2008, entrevistó a la paciente abusada.
La víctima, le contó que “un enfermero mantenía con ella relaciones sexuales en contra de su voluntad, se explaya ampliamente sobre las formas y lugares en que se producían y que consistía en penetraciones, en introducción de elementos en sus zonas genitales, como manguera o su mano, de solicitarle que ella le realice prácticas como de sexo oral, situación que le produce gran malestar al momento del relato. Manifiesta que las mismas prácticas llevan mucho tiempo y que no había contado por medio a posibles represalias. Manifiesta que el enfermero procedía a bañarla, situación que no sabe si aprovechaba para tocarla en zona íntima o realizarle la práctica mencionada. Refiere que los hechos se producían sobre todo en horarios de la madrugada y por la tarde. La paciente M. veía con autoridad al enfermero Benavidez, a quien veía con mucho miedo y respeto, motivo por el cual se aprovechaba para proceder en los abusos que ejercía sobre la paciente, en ocasiones también le regalaba cosas para callarla y comprarla para su cometido, esto es lo que en cada entrevista la paciente, le relató”, señala el texto del decreto que dispuso la cesantía del trabajador.
El psicólogo Denis Sebastián Granducci evaluó a la paciente, quien le manifiesta que “un enfermero, en ese momento no le solicitó que lo identifique, venía abusándola desde un tiempo y que ella no aguantaba más y quería contarlo, no pudo especificar el tiempo exacto desde que venía ocurriendo esta situación. Indaga sobre lo que había ocurrido, manifiesta siempre sin dar nombre, que dicho enfermero la obligaba a bañarse y que la manoseaba mientras lo hacía”.
Los testimonios son contundentes. Mariela Ivana Dragun, quien presta funciones como Subjefa de la Sala “D” del Hospital Colonia “expresa que recuerda que ingresa a la guardia del día lunes por la tarde, lee el reporte de novedades de enfermería y observa que la paciente se había bañado en otra sala, por ese motivo la llama y la misma le manifiesta que el enfermero, la llamaba para bañarse en otra sala; le comunica al supervisor de guardia, quien se hace presente en la entrevista a la paciente, en ese momento la paciente estaba como tímida para hablar, pero refería que Benavidez siempre la llevaba para bañarse en la otra sala y que estaba cansada de la situación”.
Otra enfermera, Ana María Bergara, contó que en una recorrida para conocer el estado de las pacientes “ve que la paciente se encontraba fumando, muy angustiada, por esa razón le pregunta qué le pasaba y ella le contestó ´no aguanto más´, ella insiste y la paciente le dice que ´un enfermero de la sala C se atrevía con ella´, le pregunta de qué modo, entonces la paciente le responde que le tocaba sus partes íntimas. La dicente manifiesta que terminó la conversación y le generó mucha impotencia, le comenta lo sucedido a su compañera de guardia Roxana Quinteros, y decidieron dar intervención al supervisor”.
La víctima fue alojada en la Colonia Psiquiátrica de Federal, según el documento oficial, “por una situación social; sus familiares no podían cuidarla; en el caso, la abuela; además agregan que, por las crisis epilépticas que padece, su capacidad cognitiva presenta un leve déficit, pero eso no la inhabilita a comprender los hechos. En igual sentido la jefa de División Enfermería del nosocomio Soler, expresó que la paciente es autosuficiente, puede realizar su higiene personal, por sus propios medios, en tales casos el personal solo debe controlar y acompañar”.
El sumario determinó, en base al testimonio en Cámara Gesell en la Justicia y la pericia médica a la que se sometió a la paciente, “que el relato de la víctima se sostuvo en el tiempo”, y que ello fue así “a pesar del miedo que manifestara cuando reveló los abusos, solicitando se la traslade, porque se sentía mal cuando veía al enfermero Benavidez”.
El sumario incorporó antecedentes del enfermero, y en particular una denuncia por violencia familiar.
Por eso, aun cuando la causa penal, caratulada «”Benavidez Horacio s/ Abuso sexual con acceso carnal”, (N° 5467 F), en trámite ante el Juzgado de Garantías de Federal, a cargo de Luis María Quiroz, aún no concluyó en condena, señala el texto del decreto del Ministerio de Salud, corresponde aplicar la cesantía al enfermero.