Sin embargo, gracias a un proyecto impulsado por el gobierno de Corrientes y la Fundación Rewilding Argentina, actualmente se intenta devolver a esta especie a un ambiente donde el hombre lo había exterminado acompañado por una gran labor de concientización para que toda la provincia sea protectora de la especie.
Por eso, los cachorros de 4 meses y su madre dejaron el pasado 7 de enero el lugar donde vivían, un corral de 30 hectáreas que pertenece al Centro de Reintroducción de Yaguareté y que está dentro del gran Parque Nacional Iberá. Ahora, los tres se desplazan a sus anchas en el humedal correntino, donde se espera vuelvan a dominar el paisaje.
Proyectos similares a este lograron en el pasado reintroducir en ese parque a otras especies como el venado de pampas, el oso hormiguero gigante, el guacamayo rojo, la nutria gigante o el pecarí de collar.
El plan de reintroducción a la vida salvaje
En la provincia de Corrientes, la especie estaba absolutamente extinta y el último registro que tenían de un yaguareté superaba los 70 años. Es por eso que la premisa de este proyecto es que los cachorros no sean cautivos y que desde su nacimiento vivan de manera “casi silvestre”.Según lo que pudo explicar Mirisi López, directora del Proyecto Iberá, “ahora los cachorros junto a su madre experimentan la libertad, aunque la madre tiene un collar que emite señal constantemente de modo que podemos saber dónde están ella y sus hijos”.
El yaguareté es el mayor carnívoro sudamericano y ha sufrido una retracción alarmante en los últimos dos siglos. En Argentina, perdió más del 95% de su área de distribución y hoy solo sobreviven al menos 250 individuos y sigue siendo una especie catalogada “en peligro crítico de extinción”.
