El poeta, periodista y narrador de historias populares en Neuquén, emprendió una travesía única, en la que unirá 1450 kilómetros desde la provincia de Neuquén hasta Hernández, un pueblo de 400 habitantes en el litoral, que lo vio crecer desde chico.
Jorge es conocido en Neuquén, impulsor de varias fiestas populares, animador campero y contador de miles de historias y leyendas de la Argentina profunda, que ha desvelado decenas de fogones y asados entre amigos.
Pero no está solo en esta patriada de tracción a sangre. Lo acompaña su esposa y compañera de vida, Mónica Cobelli, con quien irá subiendo historias a las redes sociales, de una travesía donde cada kilómetro por la banquina puede ser la parte de un guion cinematográfico.
Tienen un motorhome con provisiones y alimento para los animales, porque piensan que el viaje puede durar entre 60 y 70 días. También está José Basso, su amigo y chofer, quien le aporta la logística y los contactos comerciales para esta aventura a tracción a sangre, por la banquina de las rutas argentinas.
Antes de salir, hubo una emotiva despedida con sus hijos, su nieta y amigos. Pero hay un cuarto actor en escena, que es el que hará una película o documental sobre la increíble travesía del hombre que regresa a su pueblo natal. El músico, productor y director neuquino Kiran Sharbis, quien participó en varios largometrajes, publicidades y una actuación en una escena de la serie “El Encargado”, en la que actúa Guillermo Francella.
Chimbo y Rodrigo, los dos caballos fieles “La decisión de salir a caballo es volver con mis caballos, Chimbo y Rodrigo a Entre Ríos, ellos me acompañaron en la asunción en 2020 en San Patricio del Chañar cuando fui funcionario”, dijo Jorge.
El hombre planificó el viaje como si fuese a cruzar el mar Atlántico. Tuvo en cuenta el clima y lo hará en dos espatas cada día. Una cabalgata desde el ocaso y entrada la noche; como así también otra durante la madrugada, para evitar la alta exposición a la radiación solar, durante los casi dos meses de viaje.
Pero el propósito del viaje es mucho más profundo y tiene que ver con bajar todos los decibles de las malas noticias del mundo y, precisamente, mirar el mundo con otro tiempo y a paso de caballo.
“Sin duda la idea es reconocer el territorio o los territorios, es una de nuestras premisas, de tal manera de poder describir cada uno de esos espacios, las subidas, bajadas, pedreros, los bajos grandes y calurosos, las jarillas altas y bajas, los altapacales y los algarrobos”, describió el protagonista.
El hombre arrancó el pasado domingo muy temprano y su meta era llegar en principio a Catriel. Mientras recorría a paso del animal la Ruta 151, se encontró con que no estaba solo. A la vera de la ruta y en las solitarias tranqueras, algunos vecinos gauchos se acercaron a saludar, tras conocerse la noticia de la travesía. “En el camino uno encuentra hospitalidad, solidaridad en lo que hace a la gente del Norte de Río Negro, el camino que une Sargento Vidal con Catriel es increíble”, explicó.
Jorge señaló también que “el ritmo del caballo no se compara con nada y mucho menos con el paisaje que se contempla arriba del animal”.
“Vamos a ir comentando en las redes sociales lo que vamos viendo en la ruta. Siempre tuve pasión por los caballos, mis hijos y toda mi familia”, deslizó.
En principio, el objetivo es unir las dos provincias a caballo, sin necesidad de tener un récord. Hará unos 40 kilómetros con los animales criollos y otros 10 con los caballos a tiro, como para alternar la actividad física en un viaje largo. La idea de Jorge es lograr una cercanía en cada pueblo que quiere recorrer a caballo, y meterse en la historia profunda de sus habitantes.
“Queremos registrar imágenes y audios a través de testimonios y un diario de viaje. Difundir quehaceres locales, regionales, provinciales, de sus economías, la cultura, deportes. Rodar documental acerca de experiencias y vivencias de la travesía”, explicó el poeta.
Al tiempo que remarcó que “será una travesía con austeridad, donde caminar es el tránsito necesario e indispensable como ser humano, montar es una reflexión en sí mismo, una habilidad que sostiene físicamente, emocional y espiritualmente”.