
Desde junio del año pasado hasta febrero de este año, cada mes fue el más cálido de su respectiva serie en comparación con años anteriores, según el informe de Copernicus. Este aumento constante de la temperatura coincide con la progresión del cambio climático, una realidad que los científicos no dejan de subrayar.
Febrero se une a la larga racha de récords de los últimos meses. Por notable que pueda parecer, no es realmente sorprendente, ya que el calentamiento continuo del sistema climático conduce inevitablemente a nuevas temperaturas extremas.
Los datos revelan que la temperatura media global del aire en superficie en febrero alcanzó los 13,54 grados centígrados, superando en 0,81 grados la media de 1991-2020 para ese mes. Además, las temperaturas superficiales del mar, especialmente en regiones extrapolares, valores absoluta alcanzando récord, llegando a los 21,09 grados.
Este fenómeno no es aislado; de hecho, se inserta en una serie de eventos climáticos extremos que están marcando la pauta en los últimos tiempos. Los científicos advierten que el incremento del calor está en línea con las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono y metano, provenientes de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles.

Además, existe una preocupación especial por las regiones polares, donde el calentamiento es mucho más rápido que el promedio global. Esto tiene consecuencias devastadoras para el medio ambiente, desde el derretimiento del hielo hasta la alteración de los patrones de corrientes oceánicas.
Los expertos coinciden en la urgencia de actuar para reducir las emisiones de CO2 y mitigar los impactos del cambio climático. Sin embargo, este llamado a la acción se enfrenta a una realidad alarmante: los últimos ocho meses superaron el límite de 1,5 grados de calentamiento establecido en el Acuerdo de París, lo que subraya la necesidad imperiosa de políticas y medidas concretas para enfrentar esta crisis climática.