Ante la primera revisión médica se resolvió que la criatura quedaría internada en el área de Pediatría. La atención fue transcurriendo sin mayores novedades, hasta que en el transcurso de la presente semana la madre se percató que la pequeña no respiraba y de inmediato dio aviso a los médicos.
Siempre de acuerdo a lo que precisaron fuentes del mismo nosocomio, la rápida intervención de un profesional permitió reanimar a la criatura, que de inmediato fue derivada a la mencionada Unidad de Terapia y a una serie de estudios de imágenes. Fue allí donde surgió que la paciente presentaba una herida con sangrado interno en su cabecita.
Aunque por el momento no hay información oficial desde la Justicia, la hipótesis que se maneja es que esa herida habría sido padecida en el interior del propio nosocomio, basándose en el lapso transcurrido entre la fecha de ingreso y el descubrimiento de la herida.
Asimismo, queda por establecer las circunstancias del hecho, es decir, precisar si el mismo fue una acción violenta premeditada o si -tal como se sospecha- se trató de una caída accidental. En este último caso a su vez se abre otro interrogante, ya que se deberá determinar si fue una impericia de la madre o del personal del mencionado hospital lo que provocó la mencionada lesión.