Por un lado, Almada cumple la prisión preventiva en la Unidad Penal N°3, teniendo en cuenta que también tiene en curso una causa por violencia de género.
En cambio, Batalla obedece la prisión preventiva, pero bajo la modalidad domiciliaria con tobillera electrónica, pero justamente este beneficio lo rompió en la madrugada de este miércoles tras irse del domicilio de su garante.
“Desde el sistema de monitoreo daba que había salido de la casa de su garante y no había regresado”. De esta manera, “el personal policial se dirigió hacia el domicilio y tampoco estaba”, contó el fiscal Martín Núñez a Diario Río Uruguay.
Ante esta situación, “se pidió la detención y en la mañana de este miércoles lo detuvieron, cuando estaba regresando a su casa luego de ocho horas”, explicó el letrado.
Núñez recordó que Batalla ya tiene una condena por desobediencia judicial, por lo que será inminente su pedido para que continúa cumpliendo la prisión preventiva pero en la Unidad Penal.