Fue de madrugada cuando el propietario comenzó a escuchar fuertes explosiones y al salir a la calle el colectivo ya estaba envuelto en llamas, por lo que fue imposible poder hacer algo para apagar el incendio. La unidad fue consumida en su totalidad y quedó reducida a chatarra.
Fue de madrugada cuando el propietario comenzó a escuchar fuertes explosiones y al salir a la calle el colectivo ya estaba envuelto en llamas, por lo que fue imposible poder hacer algo para apagar el incendio. La unidad fue consumida en su totalidad y quedó reducida a chatarra.