Juan Pablo Roldán, asesinado el pasado lunes a puñaladas en el barrio porteño de Palermo tenía 33 años y era papá de un nene de cuatro. El funcionario nació en Victoria y desde muy pequeño se fue a Buenos Aires donde siguió la carrera de su padre en la policía.

"Un soldado con honor vive con pasión, combate con valor y muere como un héroe", había señalado en un escrito junto a una foto en la que aparecía montando un caballo.

Su madre, Elba, oriunda de la ciudad entrerriana y su padre, procedente de Buenos Aires, conformaron una familia de la que nacieron sus seis hijos.

Su muerte significa "un fuerte dolor para los vecinos del barrio Abadía", situado en el ingreso a Victoria por la ruta 11, y "de la ciudad en general, aquellos que lo conocieron a Juan Pablo ante este episodio desgraciado, donde perdió la vida", señaló al respecto el periodista Sergio Retamal, según confirmó El Once Digital.

Hace unos meses había compartido un video del Ministerio de Seguridad, en el que se escuchaba a un grupo de uniformados dar juramento de defender a la Patria hasta perder la vida. "Manteniendo firme el juramento", escribió él.

Roldán era egresado de la Escuela de Cadetes Comisario General Juan Ángel Pirker, a la que había ingresado en 2006. Prestó servicio en diferentes comisarías y en el momento de su asesinato se dirigía a su puesto en el Cuerpo de Policía Montada de la Policía Federal Argentina, en donde se desempeñaba como inspector desde el año pasado.

Al momento de ser apuñado, el agente de la Federal no se encontraba patrullando las calles, debido a que no era parte de sus tareas, sino que estaba en la zona de Figueroa Alcorta y San Martín de Tours, a apenas unos 200 metros del lugar a donde se dirigía a tomar servicio en el inicio de la semana.