Fuentes judiciales confirmaron a Diario Río Uruguay que la inspectora de la comuna se presentó -durante la madrugada de este domingo- en la Jefatura Departamental de Policía de Concordia, para denunciar formalmente la situación que debió atravesar.

Siempre de acuerdo a lo que señaló en la dependencia policial, eran cerca de las 1,30 hs. de este domingo cuando recibieron el reporte de una reunión social que se desarrollaba en un domicilio de calle Güemes al 35, entre San Luis y Entre Ríos, donde efectivamente constatan “que había música y gritos que provenían del interior”, pero nadie salió a atenderlos de dicho domicilio.
Ante esta situación se retiraron del lugar, pero volvieron a pasar cerca de las 4,00 de la mañana y ven a dos personas (un hombre y una mujer) que estaban en la vereda esperado un delibery de bebidas, ocasión que aprovecharon para “dialogar con ambas personas” y recordarles “que no debían realizar reuniones sociales”.

Pero cuando esta trabajadora dialogaba con la joven que había salido de la casa céntrica, el hombre que sería dueño del lugar, tomó de atrás a la trabajadora, metiendo “sus manos debajo de la remera y tocándome los pechos, para luego hacerme a un lado e ingresar a la propiedad”, narró la denunciante.

Ante esa situación, la inspectora municipal le pidió a la joven que le dijera al hombre que saliera nuevamente de la casa, pero la respuesta fue “acá no van a ingresar hasta que tengan una orden judicial”, cerrando la puerta para no volver a salir.

Además de la causa en la Justicia Federal -por la violación al decreto que prohíbe ese tipo de reuniones- la denuncia formal de la trabajadora debería originar otra causa en los tribunales locales, por el presunto delito contra la integridad sexual.