Según explicó el fiscal Zabaletta a Diario Río Uruguay, las filmaciones en su mayoría fueron “pocas y borrosas” por eso las pruebas se apoyaron en gran medida sobre las fotografías y lo incautado en los diferentes domicilios.
Otra pata de la investigación tuvo sustento en los testimonios aportados por los vecinos de los saqueadores, que se negaron a encubrirlos y acudieron a denunciar el escondite de cantidad de electrodomésticos y hasta bebidas alcohólicas.
Los nombres ya fueron notificados por ejemplo al municipio y la Jefatura de Policía para poder conocer si estas personas prestan funciones en estas instituciones.