El profesional está procesado por una causa judicial por acoso sexual a una menor de 9 años y buscaría evitar un juicio oral en la provincia de San Luis.
Al menos hace 15 días cubre guardias en el nosocomio de la capital del arroz y – por otro lado - se supo que el profesional tiene intenciones de radicarse en San Salvador y ya habría consultado sobre la vivienda que tiene el municipio para los médicos.
Además, trascendió que también prestaría servicio en el hospital Masvernat de Concordia, pero esa versión fue desmentida desde el nosocomio de Concordia.
El caso
El pasado 4 de noviembre de 2019, el Diario de la República, de la provincia de San Luis titulaba “Médico acusado de grooming quiere evitar el juicio oral”.En el artículo, se leía que “un médico de 49 años investigado por acosar a una niña de 9 años en la localidad de La Calera no quiere afrontar el juicio oral”. Por eso “su defensor le pidió a la jueza de Sentencia, Laura Molino, que le concediera una suspensión de juicio a prueba, a cambio de hacer tareas comunitarias y de pagarle una suma de dinero a la víctima. Pero la magistrado dijo no”.
“Hacía pocas semanas que Gustavo Ricardo Molina, nacido en Resistencia, Chaco, se había incorporado a la carrera sanitaria para trabajar en la salita de La Calera, 72 kilómetros al noroeste de la capital provincial, cuando fue denunciado por la madre de una niña de 9 años en agosto de 2017”, completa el texto.
Además, detalló que “si bien la mamá había llevado a la nena a los controles en el centro de salud del pueblo, no fue allí donde el médico entró en contacto con ella, sino en una plaza saludable de la localidad. Se ganó su confianza y obtuvo su número de celular. Así empezó a mandarle mensajes de WhatsApp que luego fueron descubiertos por la madre”.
Según la investigación llevada adelante por el juez Correccional y Contravencional 1 de San Luis, Marcelo Bustamante Marone, “el contenido de los mensajes enviados a la niña justificaban la sospecha de que el médico había incurrido en el delito de grooming”.
El 20 de diciembre de 2017, el magistrado ordenó “la detención de Molina, que ya no estaba en San Luis. Ubicado en Neuquén, una comisión del Departamento Investigaciones de la Policía puntana viajó al sur a fines de enero del año pasado y, con la colaboración de la brigada de Investigaciones de la Policía neuquina, arrestó al sospechoso en su nuevo lugar de trabajo, el hospital público de Zapala”.
Traído a San Luis, fue procesado por el juez Contravencional y Correccional 2, Juan Manuel Montiveros Chada, que lo dejó en libertad con la condición que no saliera de la provincia y cumpliera con otras exigencias.
Pero Molina desobedeció la orden judicial y se fue a Chaco. “Allá lo ubicaron a fines de febrero de 2018 y otra vez viajó la Policía fuera de San Luis a buscarlo. Desde entonces está preso en la Penitenciaría puntana”, cita el artículo.
Para rematar, se supo que “el 28 de mayo de este año, el abogado de Molina mantuvo una audiencia con el fiscal y la jueza Molino, en la que intentó obtener el acuerdo de la fiscalía para acceder a la probation, la suspensión del juicio a prueba. Como condición para no afrontar el debate oral, el médico ofrecía hacer tareas comunitarias en una iglesia”.