Agrandar imagen
Una forma de chantaje y extorsión sumó ejemplos en los últimos días en la ciudad de Chajarí.

Todo comienza con una relación amorosa virtual, a través de las redes, donde dos personas, generalmente un varón y una mujer, inician un vínculo que muchas veces deriva en intercambio de número de teléfono celular, de mensajes, fotografías íntimas, entre otros contenidos.

Cuando transcurrió un tiempo de ese intercambio, el varón recibe un llamado cuyo interlocutor se presenta como jefe de Policía, identificándose con grado y jurisdicción a la que pertenece.

Este supuesto jefe policial le informa al interlocutor –a quien ya conoce con nombre completo y demás datos- que tiene una denuncia en su contra por acoso hacia una menor, cuya familia hizo la exposición e, incluso, aportando todos los datos y fotografías que ambos intercambiaron. Es decir, del otro lado supuestamente había una menor, con quien se estableció la relación virtual.
Extorsión
Hasta aquí, una cuestión que, en principio, se presenta como certera y que reflejaría indicios de un delito. Todo cambia cuando llega una propuesta desde la supuesta autoridad policial que habla con el supuesto denunciado.

Concretamente, le ofrece “cajonear” la denuncia y no derivarla a la Fiscalía, si se eroga determinada cantidad de dinero. Le piden que transfiera una suma importante, como condición para frenar el avance de la causa.

Frente a esto, surge la preocupación en los supuestos denunciados, muchas veces incómodos de poder hablar o denunciar el tema, porque tienen compromisos o familias a los que afectaría que se conozca tal situación.

Según se puedo saber, en la ciudad de Chajarí se registraron al menos ocho casos de los aquí expuestos. Algunas de las personas extorsionadas llegaron a depositar hasta 200 mil pesos. Pero eso no los liberó de la extorsión, que continuaba, al punto tal que los afectados recurrieron al asesoramiento de un abogado.

Mientras que también hay otros ejemplos que finalmente no lograron depositar el dinero solicitado, percatándose que en principio, tal vez ni siquiera hubo una mujer en la relación, que se trataba de un perfil y un contacto “trucho”. Tampoco existió denuncia ni un comisario del otro lado del llamado telefónico. El único objetivo detrás de todo esto era la estafa, consignó Chajarí al Día.