Al momento del siniestro, afortunadamente, la casa se encontraba deshabitada. El propietario de 32 años, junto a su hijo, descansaba en el comedor de la casa de su padre -la cual se encuentra ubicada la parte de delante del mismo terreno-, cuando escuchó ruidos a explosiones.
En ese marco, no hubo que lamentar personas lesionadas y se realizaron las tareas de rigor, dando intervención a los Bomberos Zapadores de la localidad de Concordia, para que realicen las pericias necesarias.