“Se tiene expectativa pero sabemos que puede ser la peor temporada de la historia, existe un combo que atenta contra la recuperación del sector”, afirmó Lapiduz, y enumeró algunos factores que dificultan la situación:
-Crisis económica: “Nos damos cuenta en la calle misma que la gente tiene dinero solo la mitad de la primer semana del mes cuando cobra, luego se nos hace interminable el fin de mes”.
-Protocolos: “La sobre información incluso de protocolos hace que la gente le resulte complicado salir de su casa, mesas de hasta 4, distanciamiento, mascarilla, son cuestiones que entendemos hacen al cuidado de la salud y no estamos en contra de ellas al contrario, bregamos para que en nuestros establecimientos se cumplan pero no podemos negar que atentan contra la salida de esparcimiento de los clientes, ni hablar de los protocolos que deberán llevar adelante los hoteles donde se habla de desayunos en las habitaciones, almohadas propias y numerosos hisopados para llegar a destino”.
-Ruido en información oficial: “La falta de un mensaje claro de cuando, de qué modo y hasta donde alcanzan las libertades que tendremos al salir de viaje por parte de la dirigencia política hacen que, la planificación sea prácticamente nula y tanto los viajeros como los establecimientos opten por no moverse y así no dar un paso en falso”.
-Fronteras terrestres con países limítrofes: “Era para los que vivimos en ciudades que limitan con otro país una ilusión que nos alimentaba la esperanza la apertura. Teniendo en cuenta la situación que vive económicamente el peso argentino, aseguramos en varias oportunidades que, la apertura del paso fronterizo ya sea en Concordia, Colón o Gualeguaychú con el país uruguayo podía significar la recuperación económica en menos de 2 meses”.
Asimismo, desde la entidad, destacaron que “los planes de incentivo como “PREVIAJE” son buenos, pero realmente creemos que muchos son los factores que pueden llegar a ser determinantes para que este sea el peor verano de la historia”.
“Los anuncios por parte del gobierno donde se asegura que, los aumentos en servicios podrían ser de hasta un 60% en algunos casos y las paritarias sumado a la duda en la continuidad de ATP (esto significaría el final para la mayoría de las PYME) hacen temblar a emprendedores del sector”, indicaron, a su vez.
Por último, dejaron en claro que “la situación del sector hotelero, gastronómico y turístico es terminal, los que consigan de algún modo poder afrontar y superar los tremendo endeudamientos de estos meses tendrán el gran desafío de ver como se funciona en la nueva normalidad, que sin duda atenta contra las estructuras armadas para la normalidad anterior al COVID”.