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En diálogo con Diario Río Uruguay, el religioso reconoció que la caída del símbolo “fue muy movilizadora” y la palabra que define la situación es “conmoción”, porque “ha tocado los sentimientos de la comunidad”.

Al respecto, el párroco valoró que “es como si una mano la hubiera bajado” durante el temporal, porque “si miras los 360° para los que podría haber caído, tanto para el templo como para la avenida San Lorenzo, cayó sin tocar ni el techo ni las rejas de la vereda, es impactante”.
Actualmente, la enorme cruz que caracterizaba uno de los ingresos a la ciudad “está siendo sostenida por una plantita de roble únicamente”.

Por otro lado, consultado sobre la posibilidad de volver a levantar la cruz y restaurarla a su estado original, el religioso comentó que “ya algunos me llamaron para ver cómo podríamos recuperarla, pero yo creo que primero necesito escuchar el mensaje, porque siempre detrás de alto así te están diciendo algo y me parece importante”.
“Esta se trata de la cruz de la democracia, de la educación, de nuestros barrios, y la tenemos que llevar entre todos porque es una cruz que tiene la fuerza del amor”, expresó el párroco y mencionó que “otro sacerdote me dijo que, cuando cae la cruz, irrumpe la insurrección y yo creo que, tanto en lo político como en la comunidad, creemos que están haciendo algo nuevo para nosotros, pero nos tiene que comprometer a todos”, por lo que “ese me parece a mí el gran mensaje y la vamos a tener que llevar entre todos a esta cruz, que nos va a llevar a la resurrección”, apuntó.