Además, valoró que “esta es una etapa más de obras que llevan una visión estratégica de la ciudad”, que plantean “cómo combinar y cómo generar una armonía entre la convivencia de los ciudadanos y el ambiente”, así como también “cómo sanear áreas que tienen que ver con el futuro”.
Asimismo, el ministro se refirió al paso del intendente Enrique Cresto por el ENOHSA y consideró que la suya “fue una gestión por la que todo el gobierno nacional, la federación argentina de municipios y muchos argentinos y argentinas están agradecidos, por el trabajo profesional y la capacidad de gestión”.
Por otro lado, adelantó que “para el 2023, nosotros estaremos priorizando a las obras que tengan que ver con consensos entre todos los actores de la sociedad, que tengan acuerdo entre los empresarios, los vecinos/as y los gobiernos, porque es la forma de discernir y de que la inversión de los recursos públicos vayan a las obras más necesarias para la sociedad”.
Por su parte, el gobernador Gustavo Bordet, también presente en la recorrida inaugural de las obras complementarias del Arroyo Manzores, recordó que “esto era un basural a cielo abierto, un foco de contaminación con viviendas en las que la gente vivía de manera muy precaria”.
Sin embargo, destacó que “se planificó y pudimos lograr un saneamiento del arroyo, recuperar las playas y que cientos de familias se pudieran trasladar a lugares seguros para evitar que, cuando lleguen inundaciones, tengan que sufrir pérdidas sobre sus bienes materiales” y, “cuando vuelvan las inundaciones, estos serán espacios públicos que luego se recuperarán rápidamente, sin perjuicios para las familias”.
Finalmente, el presidente municipal Enrique Cresto, reconoció que “cuando hablamos de agua y saneamiento, si hay un ministro que tomó la bandera de esa política pública y empezó a empujar para transformarla en una política de estado en la Argentina, es el ministro Wado de Pedro, por eso también involucró en un país federal a todos los gobiernos subnacionales en ese desafío de pensar en las siguientes generaciones”.
“Concordia es una ciudad resiliente porque convive con las inundaciones y, cada dos o tres años, el lugar en donde estamos está bajo agua”, puntualizó Cresto.
“Si miramos la ciudad, en comparación con los últimos 20 años, es una Concordia totalmente diferente” que cuenta con “este arroyo Manzores totalmente saneado, más de 800 familias que hoy están en diferentes barrios y esto quedó como zona sustentable, un aeropuerto internacional y uno de los primeros rellenos sanitarios de la Argentina”.
A su vez, subrayó que “Concordia es una capital alterna y, como Rosario y Mar del Plata, es una ciudad desde la que se empuja a la Argentina”. Debido a esto, determinó que “cuando hay un gobierno nacional como el que tenemos hoy, Concordia no tiene techo para crecer”.