“Miguelito” como lo conocían todos, había nacido en La Paz, Entre Ríos, y se había asentado en Concordia desde muy joven. “Me trajeron de traslado desde un hogar de menores de La Paz a otro de Concordia”, recordó una vez.
Segovia tuvo su militancia en el peronismo de la zona sur de Concordia, más precisamente en el Tiro Federal, en vínculo directo con Jorge Pedro Busti. Siendo más joven, había integrado las filas del Partido Comunista. También formó parte de la Comisión de Inundados de la zona Sur, mucho antes de que se realizara la Defensa. Fue el incansable militante de pelear por viviendas para familias que padecían desde muchos años los avatares de la crecida del río Uruguay. Entre sus principales logros, se recuerda haber impulsado -junto a otros vecinos de la zona sur- la construcción del complejo habitacional del barrio María Goretti, tras una serie de gestiones llevadas a cabo en la primera presidencia de Carlos Saúl Menem. Con esas viviendas, lindantes al hospital Felipe Heras, se consiguió una solución definitiva para muchos de sus vecinos que se inundaban con cada creciente del río Uruguay.
También fue el creador de la “Embajada Solidaria” que hacía colectas para los sectores más postergados de la sociedad.
Su participación individual en política lo llevó a crear la “Lista 222”, con la intervinó en algunas disputas internas del Partido Justicialista. Si bien no tuvo el éxito esperado, lo convirtió en su sello distintivo en la última etapa de su vida. Los últimos años no fueron fáciles para Miguel. Una pena lo atormentó durante muchos años, cuando uno de sus hijos murió ahogado en el conocido Lavadero de Jaulas, hoy convertido en mirador. Luego otro hecho le arrancó a otro de los suyos.