

Debido a la gravedad del fenómeno, se estima que más de 30.000 vecinos de Concordia debieron buscar protección en las zonas altas de la ciudad cabecera del departamento.

Como el desborde afectaba toda la costa del río Uruguay, autoridades nacionales debieron acercarse a la región e, incluso, el gobernador Raúl Lucio Uranga (1958-1961) se tuvo que instalar en Concordia, ante la grave situación social y económica situación que se había generado.
De acuerdo con un informe periodístico de la época, el entonces mandatario provincial tomó esa decisión luego de que el río alcanzara los 17 metros de altura y que media ciudad se encontraba bajo agua.
Tras pisar Concordia, Uranga se encontró con afectados albergados en instalaciones de la Sociedad Rural, del Regimiento y tomó una serie de medidas urgentes para tratar con la comunidad: utilizó el derecho de movilización de las milicias para impedir la alteración del orden, saqueos y excesos; así como también recorrió los espacios castigados y sobrevoló la zona costera del Uruguay.


