Debido a la gravedad del fenómeno, se estima que más de 30.000 vecinos de Concordia debieron buscar protección en las zonas altas de la ciudad cabecera del departamento. Ante la gravedad de la situación, hubo un operativo de acompañamiento y auxilio implementadas por el gobierno nacional, provincial y municipal.
Como el desborde afectaba toda la costa del río Uruguay, autoridades nacionales debieron acercarse a la región e, incluso, el gobernador Raúl Lucio Uranga (1958-1961) se tuvo que instalar en Concordia, ante la grave situación social y económica situación que se había generado.
De acuerdo con un informe periodístico de la época, el entonces mandatario provincial tomó esa decisión luego de que el río alcanzara los 17 metros de altura y que media ciudad se encontraba bajo agua.
Tras pisar Concordia, Uranga se encontró con afectados albergados en instalaciones de la Sociedad Rural, del Regimiento y tomó una serie de medidas urgentes para tratar con la comunidad: utilizó el derecho de movilización de las milicias para impedir la alteración del orden, saqueos y excesos; así como también recorrió los espacios castigados y sobrevoló la zona costera del Uruguay. Cabe destacar que, debido a la gravedad de la situación, murieron 13 personas y se debieron evacuar aproximadamente a 30.000 ciudadanos. Tales fueron las condiciones de la región que el gobierno uruguayo de entonces autorizó el desembarco de fuerzas de marinería argentina en la ciudad de Salto, afín de evacuar 15.000 personas desde Concordia. Los vecinos, que fueron actores de aquel aislamiento de Concordia, recuerdan que la entonces Prefectura Naval terminó funcionando en el edificio de la Escuela Vélez Sarsfield, ya que desde allí -hacia el puerto y zonas costeras- estaba todo inundado. Afortunadamente, ya con la puesta en marcha de la represa de Salto Grande, las crecientes nunca llegaron a ese nivel, porque pudieron ser reguladas con el funcionamiento de la obra binacional que hoy comunica las ciudades de Concordia y Salto.