Según sus palabras, este tipo de cirugías representan “uno de los pilares del tratamiento de la obesidad y acompaña a la actividad física, los hábitos saludables de la alimentación y la terapia psicológica”. En esta oportunidad, lo que se realizó, por primera vez en el sanatorio Concordia, fue “un bypass gástrico, que es la técnica más utilizada y con mejores resultados a largo plazo”.
Procedimiento
Consultado sobre el desarrollo de la intervención, el Dr. Airaldi precisó que “la cirugía se realiza por vía laparoscópica, mediante mínimas incisiones que se le realizan al paciente”, a través de las que “se coloca una camarita en el abdomen y se lleva a cabo el procedimiento”.Detallando el procedimiento, enunmeró que "el primer paso es achicar el estómago, lo que le dará al paciente restricción en cuanto a los volúmenes de alimento y saciedad precoz luego de la alimentación. Otra cosa que se hace es saltear la primera porción del intestino, que es donde se absorben las grasas, lo que tiene un impacto importante en el metabolismo del paciente y lo ayudará a bajar el exceso de peso y mantenerlo a largo plazo”, apuntó.
Asimismo, el doctor valoró que “este tipo de cirugías tiene un impacto directo en enfermedades asociadas a la obesidad”, tales como “la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, las apneas del sueño, el hígado graso, entre otros”.
El caso
En esta oportunidad, la intervención “duró dos horas y media” y se realizó en “un paciente de Villaguay que, previamente, realizó la preparación con el equipo interdisciplinario de CENIMET Concordia, compuesto por el Dr. Marcelo Giacobino, la Lic. en Nutrición Florencia Cimas y la Lic. en Psicología María Eugenia Fleitas”, ya que fue necesario que “realizara cambios de hábitos y descendiera el 10% de su peso”.Una vez fuera del quirófano, el paciente oriundo de Villaguay “comenzó con la ingesta de líquidos a las 12 horas” y, al cabo de “48 horas, ya estuvo regresándose a su ciudad”.
Tratamiento y post operatorio
En lo que respecta al tratamiento, el Dr. Airaldi aclaró que “es de por vida” y, tras la cirugía, el paciente “deberá realizar controles mensuales con el equipo durante el primer año y después, cada 6 meses, con la psicóloga y la nutricionista del equipo para ver cómo viene con el descenso de peso y prevenir complicaciones como el déficit vitamínico”.Según sus palabras, esto tiene que ver con que “la obesidad es una enfermedad crónica y la cirugía es una herramienta” para controlarla, pero “el paciente lo va a luchar toda la vida y no se cura, sino que se realiza un tratamiento a largo plazo”.