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En diálogo con Diario Río Uruguay, el subsecretario de Cultura, Jorge Eduardo “Wally” García, explicó que “orgánicamente, la supuesta escuela de teatro no existía (al momento de los reclamos), como tampoco sus cargos”, por lo que “ese grupo de teatro está bajo la forma administrativa de talleres de teatro”, forma en la que “nosotros siempre interpretamos la tarea artística que con mucha honra los talleristas efectúan”.

De esta manera, comentó que “había un error de interpretación de cómo se manejaba una cosa y cómo se manejaba otra”, ya que “esto se modificó en junio” y no se trataba únicamente de la escuela de teatro, sino que “también la parte de música y muchas otras áreas que estaban como espacios culturales, por una cuestión de que así se decidió políticamente y veníamos trabajando de esa manera”.

Desde su punto de vista, el funcionario aseguró que “como artistas, no voy a obrar en contra de los artistas, pero sí me pliego a una línea política, a una impronta de nuestra gestión, que si decide lo que decide me tengo que plegar a eso”.

Además, precisó que “para los talleristas de teatro, de música y de todas las actividades artísticas que se puedan imaginar, nosotros tenemos una coordinación de talleres, a la cual este grupo de teatro -haciendo referencia a la escuela- nunca respondió, nunca realizó una obra, nunca se acercó, nunca trajo propuestas y nunca presentó un programa de funcionamiento como tal”.

Debido a esto, “como nosotros manejamos fondos públicos”, García apuntó que “lo que interpretamos es que le dimos de baja a tres monotributos, pero el resto de los talleres de teatro siguen vigentes y no se cerró absolutamente nada”, ya que “los 9 talleristas que allí trabajaban siguen vigentes” y “los que están reclamando son los tres monotributistas, que cobraban más”.
Más presencia en los barrios
Entre otras cosas, García destacó que “desde Cultura nosotros plegamos al plan Relevar y hemos creado espacios municipales de arte integral”, en los que “van a estar conviviendo todas las áreas artísticas, compartiendo el mismo espacio en diferentes barrios”, ya que “nuestra idea es descentralizar la cultura e irnos a los barrios, donde vamos a permanecer, para que la transformación se realice allí y que no tengan que venir al centro”.

En retrospectiva, valoró que “cuando cambiamos esa dinámica y ponemos el foco en los barrios, hay mucha gente que se niega a ese cambio”, entre las que “estaban esas tres personas desafectadas de lo que era la Escuela de Teatro” y comentó que, en su momento, “hablamos con Moná con tiempo y después con cada uno separadamente, luego hicimos una reunión con los talleristas de teatro y nos objetaron que ellos no estaban en conocimiento de esa propuestas de ir a los barrios, cuando algunos de ellos ya estaban trabajando allí”.

Según sus palabras, recientemente “nadie cerró nada”, sino que “al contrario, estamos reorganizando y recolocando talleres en diferentes puntos de la ciudad en donde creemos que debemos estar y marcar presencia, ya que estamos pensando en lo que culturalmente la ciudad necesita y la impronta que venimos a desplegar tiene un sentido común, un sentido de pertenencia y una identidad sobre todo”.

Finalmente, remarcó que “los talleristas no ofrecieron ninguna resistencia, estuvieron de acuerdo y no sabían del planteo que nosotros le habíamos hecho a estas tres personas”, por lo que “después de esto nos dimos cuenta de que había que accionar como correspondía, que los talleristas debían seguir porque están haciendo un trabajo impresionante”.