El nacido en Cuba tuvo un gran paso por la Liga Nacional de Básquet. Estudiantes fue el equipo que lo acobijó y lo hizo crecer en el certamen argentino. Jugó dos temporadas, en la primera (2015-2016) sumó 55 partidos y promedió 10.3 en puntos, 5.3 en rebotes y 1.4 en asistencias mientras que en la segunda (2016-2017) su promedio fue creció a 13,9 en puntos, 8,9 en rebotes y 2,1 en tapas a lo largo de 56 partidos. Además, integró el quinteto ideal de la Liga como mejor pívot.
Justiz el 16 de octubre de 2015 firmó su primer contrato en Argentina y recordó cómo fue la llegada a Concordia: “Jorge Fuerte, jefe de equipo, me fue a buscar a la terminal. Llegué con una camperita en mano, muerto de frío”. El clima frío y húmedo de la ciudad le empezó a jugar una mala pasada al cubano.
“Cuando llegué a los dos días tuvimos un amistoso en Concepción del Uruguay y fue donde por primera vez me vieron jugar. Tuve una charla con Hernán Laginestra y con los referentes del grupo, entre ellos Federico Marin, me explicaron cómo era el juego de la Liga y que debía hacer. Poco a poco fui agarrando ritmo y me fui adaptando al básquet argentino”, expresó el pívot.
También el jugador profesional del Zaragoza recordó la dura lesión que tuvo en su primera etapa en la que sufrió la ruptura con desgarro fibrilar del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y quedó fuera durante gran parte del torneo. En medio de la lesión recordó el partido de fútbol que jugó en el Gigante Verde a beneficio de los inundados de Concordia con figuras del ámbito nacional en el que estuvo presente Ramón Díaz.
Sobre el deporte más popular de argentina, el basquetbolista de 27 años, describió cómo nació su entusiasmo: “Fue con Leandro Vildoza y su Atlético Tucumán cuando nos juntábamos a ver los partidos de clasificación de Copa Libertadores. Después, cuando jugué en San Lorenzo fui a ver un clásico entre Boca y el ciclón. Fue un carnaval con gran colorido y calor”.
Por otro lado, Javier describió que siente cuando escucha la palabra Estudiantes: “Siento un hormigueo. Extraño a la ciudad y al club en los que viví grandes momentos. En el segundo año estuvimos en la punta de la Liga, era una fiesta tras otra. Ganamos 28 partidos, solo perdimos con San Lorenzo, Instituto y Obras. Íbamos con la mentalidad de ganar en todos lados y los partidos nos salían solos”.
Por último, agregó: “Quiero volver por las amistades que hice, me sentí bien a gusto jugando en Concordia. Me dieron una gran enseñanza el cuerpo técnico, dirigentes y compañeros. Estudiantes será inolvidable en mi carrera y en mi vida”.