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Santa María se transformó en el otro finalista que le faltaba al Torneo Clausura de la Liga Concordiense de Fútbol. En Villa Adela, el Santo le ganó 2 a 1 a Victoria y de esta manera será el rival de Ferro (¿domingo a las 15?), para dirimir quién será el campeón del certamen.

El partido contó con un buen arbitraje de Víctor Mora, a quien secundaron Guido Córdoba y Julio Koncevich, en la calurosa tarde de Villa Adela.

A Santa María, sobre todo en el primer tiempo, le salió bien el pelotazo porque eligió la punta derecha para atacar, y casi siempre el que iba por allí ganaba y tiraba algún que otro centro “venenoso”. Alguna que otra vez acertó Victoria, también, en su afán por atacar, pero no pudo hacerlo de la manera que pretendía.

Por supuesto que, en este contexto, se vio un medio campo muy poblado, donde nadie quería dejar jugar a nadie y mucho menos a los habilidosos de cada equipo. Una muestra era que, por ejemplo, Diego Luna bajaba varios metros para contactar el balón, aunque también supo capitalizar pelotazos, primero por derecha y luego por izquierda.

Por Victoria, intentaron jugar el pibe Carabio, que también bajaba al medio a tomar contacto con la pelota, Rubén Martínez y poco le llegaba a su centrodelantero, Eric Cardozo. Desde la defensa se empujaba, pero en la mayoría de los casos, para uno y para otro, el pelotazo enredaba más el partido.

Recién a los 36 se abrió el marcador, cuando tras un par de rebotes y una lucha legal con su marcador, Yair Guardia pudo darle a la pelota casi desde el punto penal y así derrotar al arquero Ozuna, quien se había mostrado seguro hasta allí al despejar pelotas peligrosas. Ese gol le trajo tranquilidad al Santo, porque tenía también la ventaja deportiva del empate que podía usar.

Pero la alegría no duró demasiado, porque partió un pelotazo largo también para Eric Cardozo, en una desinteligencia de la defensa de Santa María, el “9” llegó a enfrentar al arquero que salió presuroso, pero en su camino llevó por delante al delantero y Mora sin duda cobró penal, y amonestó al guardavalla. Según supimos, el árbitro interpretó que el arquero no tuvo intención de cometer falta, y no pudo evitar el choque, por eso no correspondió expulsión. Rubén Martínez pateó el penal casi contra el travesaño, imposible para el arquero Kevin López, que había adivinado el palo.

En la segunda mitad, el trámite no varió en nada, aunque quedó claro que el Santo jugaba con la desesperación de Victoria, que era el obligado no solo a empatar, sino a ganar. Dispuso de una clara chance, como un cabezazo neto de Eric Cardozo, que pasó cerca, pero casi nada más que inspire peligro a la valla rival. Pero eso ya fue con el Santo en ventaja, ya que el segundo llegó también temprano en el primer tiempo, cuando a los 6 minutos César Quinteros intentó un desborde y le cometieron claro penal. Del mismo se hizo cargo Santiago Peme, quien lo pateó bien contra el palo derecho haciendo imposible la estirada del arquero. Fue el 2 a 1 que no se movería hasta el final, porque todo siguió siendo la misma “película” que el primero, con pelotazos, juego enredado y poca creatividad.

Terminó festejando Santa María, con su gente, y jugará una final más en nuestro fútbol. Una final azul y blanca, porque los dos equipos que la jugarán tienen los mismos colores. Al Clausura solo le falta su campeón.