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En diálogo con Diario Río Uruguay, la presidenta de la FECIER, Melania Zorzi, explicó que actualmente existe “un programa nacional de HLB”, pero “en Entre Ríos se viene trabajando desde hace ya 7 años”, una época en la que “todavía no había casos de la enfermedad”, por lo que “fue la provincia pionera en trabajar en su prevención”.

Con el paso del tiempo, aseguró que “apareció en el departamento Federación y, tras dos años de sequía y la normalización del clima en el 2024, empezaron a aparecer muchos casos positivos, lo que demuestra que la enfermedad se sigue dispersando” y remarcó que “se traslada generalmente por el movimiento del hombre y el insecto vector”.
El HLB
Entre otras cosas, Zorzi precisó que la enfermedad “tiene un periodo de latencia y es causada por una bacteria”, motivo por el que “puede estar 7 u 8 años incubándose y visualmente no te das cuenta de que está enferma la planta”, pero mientras tanto, existe “el contagio, porque hay un pequeño insecto, que se llama diaphorina, que cuando se alimenta de la sabia de una planta enferma, la traslada a las plantas sanas”.

Además, comentó que a eso se le suma “el material de cosecha, los vehículos, los bines que se pueden transportar desde las quintas que puedan tener la enfermedad hacia zonas que están limpias”.

En cuanto a los síntomas, mencionó que a raíz de la enfermedad “empiezan a verse amarillamientos en la fruta y eso va evolucionando para después atacar la fruta, que queda chiquita, deformada y ácida, por lo que no sirve ni siquiera para la industria, hasta que termina por matar la planta”.

Desafortunadamente, aclaró que el HLB “no es como la cancrosis, con la que se puede convivir, sino que esta enfermedad hasta el día de hoy no tiene una cura” y, por el momento, los profesionales trabajan en “el control del insecto que traslada la enfermedad de un lado a otro”.

En el caso de Entre Ríos, manifestó que “en tanto y en cuanto se siga trabajando en encontrar las plantas afectadas y cortarlas, creo que vamos a dilatar y va a ser menor la dispersión”. Puntualmente, en Concordia “todavía no está presente y por eso hemos hecho hincapié en visitar a todos los intendentes de las distintas localidades citrícolas para que todos juntos trabajemos en la prevención y en la lucha”.
Llegada a Uruguay
Consultada sobre la posibilidad de que la enfermedad alcance a las costas uruguayas, Zorzi recordó que “hay mano de obra de Argentina que se va hacia Uruguay, que va a hacer cosecha, servicios, y ellos pueden ser los que realmente puedan movilizar la enfermedad”.

Al respecto, comentó que “en Salto se encontró la enfermedad en una planta traspatio”, situación que “en Concordia la trabajamos desde hace unos años atrás y sería bueno poder volver a hacerlo”.

Dicho esto, recordó que “una planta en el fondo de nuestras casas puede tener la enfermedad y si vemos los síntomas sospechosos, lo primero que hay que hacer es llamar al SENASA” para llevar a cabo el control correspondiente.