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Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), Pablo Vernengo indicó a La Nación que en el monitoreo que realizan detectan "mucha preocupación; nada es alentador; se esperan pérdidas muy importantes". Insistió en que las pymes agropecuarias -que son mayoría en las economías regionales- no tienen espaldas para resistir, "por lo que vamos a necesitar mucho apoyo por parte del Estado".

Los productores citrícolas de Entre Ríos llevaron esa preocupación a Came porque no cuentan con efectivo para liquidar jornales. Están pendientes de una respuesta oficial. Esa inquietud es extensiva a todos los sectores.

Un problema extra es el que hay con los cajones de madera para las frutas. Los aserraderos no están contemplados en el decreto presidencial que exceptúa al agro como para tener actividad y hay empresas que no tienen stock para poder continuar.

Por otra parte otros de los problemas que se presenta es que los jornaleros que deben cobrar casi todos lo hacen en efectivo porque no están bancarizados. Los empleadores ya adelantaron a las autoridades del Ministerio de Agricultura la necesidad de encontrar una salida.